Y el pontonero empezó a contarle la historia de Pontones…
BREVE HISTORIA DE PONTONES. Capítulo 1
En el año 1837 el Pueblo de Pontones, alcanza la categoría de villa, independizándose de la de Segura de la Sierra. Los 1600 habitantes con los que cuenta se distribuyen en numerosos núcleos de población salpicados por todo su término municipal, territorio con una extensión de 20.000 hectáreas, situado en el corazón de la Sierra de Segura.
Alcanzada su independencia, y con un término municipal relativamente rico, Pontones comienza a crecer al abrigo de la Ganadería, su motor económico, y la razón de su origen y existencia. Según datos del Diccionario Geográfico de 1849, de Pascual Madoz, “Pontones produce, algún trigo, poca cebada, mucho centeno, maíz, patatas, habichuelas y exquisitos garbanzos. Cría ganado lanar, vacuno y cabrío. Su industria: una magnífica fábrica de hierro, 6 molinos harineros y 2 batanes, un telar de paños y algunos de mujer para lienzos y pañetes. Su comercio es el de ganados y tiendas de abacería”.
A todo esto hay que añadir, que pese a estar situado en plena Sierra, Pontones amojonó un territorio en el que se incluían un importante olivar y una rica vega por la que discurría el gran río Guadalquivir. En las tierras altas, donde se ubicaba su capitalidad, se hallaban y se hallan los mejores pastos para el ganado ovino, “la oveja segureña”, codiciados desde los tiempos de la Mesta por los ganaderos castellanos, a los que muy probablemente debe Pontones su origen y existencia. Durante los siguientes años Pontones experimentará un sostenido aumento de población gracias al desarrollo de la ganadería.
Es de destacar que la independencia eclesiástica no se alcanza a la misma vez que la municipal. Pontones continúa teniendo una ermita en Pontón Bajo y otra en Casas de Carrasco, dependientes ambas de la parroquia de Segura de la Sierra. Finalmente en 1898, y tras un largo proceso en el que los vecinos se unieron insistiendo en el obispado, luchando nada menos que durante 61 años, se consigue la emancipación como parroquia independiente.
Durante esta época y los años siguientes, hasta 1924, se da como en muchas otras localidades rurales del país el fenómeno conocido como caciquismo, que tendrá repercusiones negativas muy importantes para sus habitantes. Fruto de ello es el aislamiento que sufre nuestra localidad, en una época en la que los ambientes urbanos empiezan a descollar. Sirva como ejemplo un dato: en 1924, de los 2600 habitantes con los que contaba Pontones, sólo 296 sabía leer y escribir, y es que a los gobernantes de la época les interesaba que la gente no adquiriera la cultura necesaria para salir de la situación en la que se encontraban, que a menudo eran la miseria y subyugación. Es de destacar que en este periodo se producen descensos demográficos importantes.
BREVE HISTORIA DE PONTONES. Capítulo 1
En el año 1837 el Pueblo de Pontones, alcanza la categoría de villa, independizándose de la de Segura de la Sierra. Los 1600 habitantes con los que cuenta se distribuyen en numerosos núcleos de población salpicados por todo su término municipal, territorio con una extensión de 20.000 hectáreas, situado en el corazón de la Sierra de Segura.
Alcanzada su independencia, y con un término municipal relativamente rico, Pontones comienza a crecer al abrigo de la Ganadería, su motor económico, y la razón de su origen y existencia. Según datos del Diccionario Geográfico de 1849, de Pascual Madoz, “Pontones produce, algún trigo, poca cebada, mucho centeno, maíz, patatas, habichuelas y exquisitos garbanzos. Cría ganado lanar, vacuno y cabrío. Su industria: una magnífica fábrica de hierro, 6 molinos harineros y 2 batanes, un telar de paños y algunos de mujer para lienzos y pañetes. Su comercio es el de ganados y tiendas de abacería”.
A todo esto hay que añadir, que pese a estar situado en plena Sierra, Pontones amojonó un territorio en el que se incluían un importante olivar y una rica vega por la que discurría el gran río Guadalquivir. En las tierras altas, donde se ubicaba su capitalidad, se hallaban y se hallan los mejores pastos para el ganado ovino, “la oveja segureña”, codiciados desde los tiempos de la Mesta por los ganaderos castellanos, a los que muy probablemente debe Pontones su origen y existencia. Durante los siguientes años Pontones experimentará un sostenido aumento de población gracias al desarrollo de la ganadería.
Es de destacar que la independencia eclesiástica no se alcanza a la misma vez que la municipal. Pontones continúa teniendo una ermita en Pontón Bajo y otra en Casas de Carrasco, dependientes ambas de la parroquia de Segura de la Sierra. Finalmente en 1898, y tras un largo proceso en el que los vecinos se unieron insistiendo en el obispado, luchando nada menos que durante 61 años, se consigue la emancipación como parroquia independiente.
Durante esta época y los años siguientes, hasta 1924, se da como en muchas otras localidades rurales del país el fenómeno conocido como caciquismo, que tendrá repercusiones negativas muy importantes para sus habitantes. Fruto de ello es el aislamiento que sufre nuestra localidad, en una época en la que los ambientes urbanos empiezan a descollar. Sirva como ejemplo un dato: en 1924, de los 2600 habitantes con los que contaba Pontones, sólo 296 sabía leer y escribir, y es que a los gobernantes de la época les interesaba que la gente no adquiriera la cultura necesaria para salir de la situación en la que se encontraban, que a menudo eran la miseria y subyugación. Es de destacar que en este periodo se producen descensos demográficos importantes.