A pesar de mi "rabioso izquierdismo", estaría dispuesto votar por cualquier agrupación política capaz de presentar un proyecto viable que diera solución a la crisis. El problema es que ésta es como un nubarrón negro, preñado de turbulentas tempestades, que abarca a todo el panorama politico, ajeno a los criterios izquierda-derecha. Nada extraño si pensamos que lo que ha ocurrido en los últimos treinta años ha sido una subordinación de la política, incluyendo sus ficticias expresiones de democracia, a un mercado, además ficticio, que sabe atenerse bien a la esencia misma del sistema económico: la confianza. Observemos que las crisis grandes del capitalismo, no han derivado nunca de su proceso productivo, y si de los manejos con que el "mercado"ha tratado la susodicha confianza. Un claro ejemplo de esto lo podemos apreciar en lo ocurrido aquel viernes negro de 1929 cuando Wall street se hundio llevandose consigo todos los años de prosperidad y sudores del mundo trabajador que con severa disciplina y confianza allanaba las secuelas de la primera Guerra Mundial. Todo parecía un idilio, las cotas de producción sobrepasaban lo estipulado, las cosechas fueron monumentales, el mundo por aquel slogan de "nunca más", parecia encaminado a una etapa pacífica de próspera armonia. Sin embargo no fue asi, ya que el mercado decidió otra cosa, provocando el derrumbe de la economía y creando una atmósfera de hambrunas, pesimismo y violencia que fueron la cuna del nazismo y el auge de todos los movimientos facista de Europa. Hoy nos encontramos más o menos en la misma situación, quizás la diferencia esté en que el dichoso mercado, que siempre aboga por mayores dividendos, actua de forma más directa, quiero decir que su caracter represivo, que en aquellas épocas delegaba en los grupúsculos nazi-facistas, lo asumen ellos mismo en nombre de una supuesta democracia, que hay que buscar con lupa. Ya no sirven personajes como Hitler Mussolini o Franco, ahora el mismo tinglado demócratico les pene la mesa y les sirve el menú de forma mãs efectiva y menos contradictoria. La democracia se ha limitado a cada cuatro años permitir al ciudadano, y aún así con restrinciones, a depositar su voto por la formación o partido con el que simpatice, cerrando las puertas a cualquiier acción de protesta intermedia, entre esos periodos, aunque se trate de protestar por promesas electorales incumplidas. Son conclusiones extraidas del trato que se está dando a los in dignados ya sea en España, en Italia, Grecia o los EEUU, que ponen sobre el tapete el desprecio por la democracia directa del que no puede salir nada bueno. Paradojicamente uno de los lugares donde más se ensañan contra la democracia es justamente en su cuna: Atenas.
Yo voto por la izquierda por que su proyecto económico es más horizontal, tiene unas bases más solidarias con los menos favorecidos y aboga algo más por la paz del mundo. Esto sin embargo no significa que no mantenga una aptitud crítica contra individuos de corte corrupto y cínico, que en la política, tratan de hacer su agosto, desvirtuando todo lo que la izquierda representó y representa para las esperanzas de este desgraciado mundo. Éstos cuando los veo en la tele me producen nauseas.
¡Viva el socialismo! pero sobre todo vivan los políticos honrados, que ser honrado es también ser social, aunque no sean miembros del psoe.
Yo voto por la izquierda por que su proyecto económico es más horizontal, tiene unas bases más solidarias con los menos favorecidos y aboga algo más por la paz del mundo. Esto sin embargo no significa que no mantenga una aptitud crítica contra individuos de corte corrupto y cínico, que en la política, tratan de hacer su agosto, desvirtuando todo lo que la izquierda representó y representa para las esperanzas de este desgraciado mundo. Éstos cuando los veo en la tele me producen nauseas.
¡Viva el socialismo! pero sobre todo vivan los políticos honrados, que ser honrado es también ser social, aunque no sean miembros del psoe.