Gracias Miguel Algel por tus estimulantes palabras. Yo también me uno a ese grito de VIVA LA REPUBLICA, apagado con sangre y fuego en un
pueblo que estaba y está harto de los previlegios que se conceden a una
familia exclusiva, en torno a la cual gira una clase de parásitos que se consideran desde la cuna superiores al resto del pueblo.
Quisiera aprovechar la ocasión para aclarar, un malentendido quizás, que trata de exponer en
términos económicos las pocas diferencias entre república y monarquía,
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