Juanillo, menos mal que alguien ha leido el poema, ya estaba María Ortega preocupada. Me alegro que te guste.
Ahi va otro:
ANDALUZA DE MACETA
Andaluza de maceta,
andaluza transplantá,
vagabunda de alma inquieta
buscando su identidad.
Quiero derribar fronteras
sentirme de aquí y de allá.
Amar sin trabas ni lenguas
que no sepan escuchar.
Pero la tierra me llama
Y a ella habré de volver,
Hazme un hueco, Federico,
Dejame sitio Manuel,
Llevo en la sangre un quejido
Que solo habrá de entender
Aquel a quien arrancaron
De su tierra alguna vez.
Ahi va otro:
ANDALUZA DE MACETA
Andaluza de maceta,
andaluza transplantá,
vagabunda de alma inquieta
buscando su identidad.
Quiero derribar fronteras
sentirme de aquí y de allá.
Amar sin trabas ni lenguas
que no sepan escuchar.
Pero la tierra me llama
Y a ella habré de volver,
Hazme un hueco, Federico,
Dejame sitio Manuel,
Llevo en la sangre un quejido
Que solo habrá de entender
Aquel a quien arrancaron
De su tierra alguna vez.
Mªtiscar, lo hemos leido bastantes mas, aunque no hemos tenido el detalle de felicitarte por él, si te quiero decir que si el primero es bonito, los siguientes son personales, nostálgicos... vamos de poner los pelillos de punta a los que vivimos fuera de nuestra tierra.
sigue con ellos que nos gustannnnn (al menos a mi).
sigue con ellos que nos gustannnnn (al menos a mi).
Gracias Fique,
Ahí va otro que relata un episodio que fue para mi muy triste.
Un año coincidimos con las fiestas de Peal y unos vecinos de Hornos llevaron a su hija y nieta a la feria. La niña tendría unos 5 o 6 años. Iba preciosa. Vestida de faralaes, con sus sarcillos, su peineta, sus flores, pintadita... Vamos, una muñequita. Y sobre todo, feliz, muy feliz...
En la madrugada del día siguiente, me despertaron unos gritos tremendos, llenos de angústia y de rabia. La niña aporreaba la puerta de la casa de sus padres. Se habían parchado a la uva, a Francia...
Va por todos los
HUERFANOS DE TEMPORADA...
La niña viste de feria
Todo el pueblo es alegría.
Que bonita va la niña
Toda gracia y simpatía.
Por la mañana temprano,
se oye un grito de agonía
y unos puños diminutos
hieren una puerta fría.
Madre, quítame los peines
el clavel y los sarcillos.
Mi vestido de lunares,
lo quiero tirar al río.
Desde la casa vacía,
ya nadie le contestaba.
Quedaba como otros tantos,
huérfana de temporada.
Ahí va otro que relata un episodio que fue para mi muy triste.
Un año coincidimos con las fiestas de Peal y unos vecinos de Hornos llevaron a su hija y nieta a la feria. La niña tendría unos 5 o 6 años. Iba preciosa. Vestida de faralaes, con sus sarcillos, su peineta, sus flores, pintadita... Vamos, una muñequita. Y sobre todo, feliz, muy feliz...
En la madrugada del día siguiente, me despertaron unos gritos tremendos, llenos de angústia y de rabia. La niña aporreaba la puerta de la casa de sus padres. Se habían parchado a la uva, a Francia...
Va por todos los
HUERFANOS DE TEMPORADA...
La niña viste de feria
Todo el pueblo es alegría.
Que bonita va la niña
Toda gracia y simpatía.
Por la mañana temprano,
se oye un grito de agonía
y unos puños diminutos
hieren una puerta fría.
Madre, quítame los peines
el clavel y los sarcillos.
Mi vestido de lunares,
lo quiero tirar al río.
Desde la casa vacía,
ya nadie le contestaba.
Quedaba como otros tantos,
huérfana de temporada.