Mira Juan. Llevas razón, la escuela es como la llave que nos abre la puerta de la casa, pero después de entrar tenemos que acomodarla a nuestros gustos e intereses. Yo he conocido a muchos hijos de riquillos del pueblo que eran unos ceporros, y por más llaves que se les daban tantas iguales perdían. Lo que quiero decirte es que la verdadera escuela está en la vida misma, en lo que nos enseña el trabajo, el sufrimiento, el confrontarte a gente de todo tipo y calaña y también a los ratos felices con la familia, con los hijos, con los amigos. Hay mucha gente que no han puesto sus pies en una escuela y saben más de la vida que otros que lo estudiaron todo pero no aprendieron nada. Estos pensamientos son los que, en mis días de aburrimiento por esos mares, me llevaron a la conclusión de que el ser humano tiene intereses y necesidades iguales, independientemente de si ha ido a la escuela o no. Es en este punto donde concentro toda lo que aprendo, en que los hombres, todos necesitamos alimentos, cobijo, ropa y amor y cariño, independiente de si hemos estudiado o no.
un saludo: El Lobo
un saludo: El Lobo