Te echaba de menis
Yo también hecho de menos nuestras exposiciones filosóficas, y como no: también las aportaciones que en esta materia aportaba algún que otro forero. No se, pero parece que la cuesta de enero no solo deja sus huellas en nuestras paupérrimas economías, hablo por mi, si no que también saciados de mantecados, polvorones, alfajores, tortas de chicharrones y otras espumas propias de la navidad, tenemos problemas para librar el intelecto de las influencias gastronómicas y decir algo que merezca la pena en este decaído foro. Responda esto o no a la verdad queda en el aíre. Pero una cosa está clara, el foro de Quesada está más muerto que nunca. Bueno ahora te cuento algo con la esperanza de que tengas algún alegato, positivo o negativo. Que es mejor decir lo que uno opina, aunque no guste, que quedarse con las ganas.
Hace unos días asistí a una conferencia que trataba de un tema bajo mi punto de vista muy existencial. La charla la habían promovido en su aspecto reclamista con el título EXISTE MORAL SIN DIOS, con un subtítulo que decía: Pueden los ateos disfrutar de este don.
Te puedes figurar que por su titulación y carácter estuvo bien atendida por el clero, aunque tampoco faltaron los profanos muchos de ellos ateos, y algún que otro filósofo y un par de científicos investigadores del cerebro humano. La verdad, es que no quiero hacer de un mensaje en el foro de un pueblo una novela, por lo que me quedo aquí, aunque eso si, preguntándote: ¿Crees tú que se puede compartir la moral con el ateísmo? Si te gusta el tema, seguiré contándote el transcurso de la conferencia y sobre todo del simposio que la procedió y del que saqué conclusiones muy sabrosas.
Un beso
Hace unos días asistí a una conferencia que trataba de un tema bajo mi punto de vista muy existencial. La charla la habían promovido en su aspecto reclamista con el título EXISTE MORAL SIN DIOS, con un subtítulo que decía: Pueden los ateos disfrutar de este don.
Te puedes figurar que por su titulación y carácter estuvo bien atendida por el clero, aunque tampoco faltaron los profanos muchos de ellos ateos, y algún que otro filósofo y un par de científicos investigadores del cerebro humano. La verdad, es que no quiero hacer de un mensaje en el foro de un pueblo una novela, por lo que me quedo aquí, aunque eso si, preguntándote: ¿Crees tú que se puede compartir la moral con el ateísmo? Si te gusta el tema, seguiré contándote el transcurso de la conferencia y sobre todo del simposio que la procedió y del que saqué conclusiones muy sabrosas.
Un beso
Sería interesante, saber el resto de la conferencia amigo Lobo.
Creo que la "moral", no es patrimonio, ni de la iglesia ni de los ateos.
¿Que quiere decir "Moral"?. Para mi solo es una forma coherente, responsable y razonada de la persona, donde también le tengo que dar entrada a la honradez, respeto, educación, etc. etc ¿Y que tiene que ver Dios, en el comportamiento humano?
Visto y mas de una vez repasado, la iglesia, no está capacitada para dar lecciones de ·moral·según San Mateo.
Creo que la "moral", no es patrimonio, ni de la iglesia ni de los ateos.
¿Que quiere decir "Moral"?. Para mi solo es una forma coherente, responsable y razonada de la persona, donde también le tengo que dar entrada a la honradez, respeto, educación, etc. etc ¿Y que tiene que ver Dios, en el comportamiento humano?
Visto y mas de una vez repasado, la iglesia, no está capacitada para dar lecciones de ·moral·según San Mateo.
Bueno, amigo Ramón Moya, voy a tratar de explicar el intercambio obtenido partiendo de la conferencia sobre moral a la que tuve el honor de participar.
Constó esta de dos ponencias a las que hay que adjuntar dos oradores: el uno defensor de la evolución, defensor de las teorías desarrolladas por Charles Darwin, y el otro creacionista, defensor de la idea de que el mundo fue creado hace aproximadamente unos 10.000 a 15.000 años. Huelga decir que con estas posiciones antagónicas tuvimos los participantes que adoptar las teorías que más arropaban nuestras creencia. La conferencia de por si no era nada nuevo, transcurriendo en un ambiente de relajado civismo. Cierto que hubo alguna voz alta a la hora de conceder la palabra para hacer preguntas o pedir ciertas aclaraciones. Pero no puedo más que decir que todo se hizo bajo el manto de la distensión y el pacifismo. Fue sin embargo después de la conferencia, durante el simposio que la procedió, cuando surgieron conversaciones bastante sabrosas sobre los temas tratados, y que sirvieron como refuerzo a mi posición de que la moral, como tú bien has marcado, no es monopolio de la religión, ni tampoco del ateismo. Moral es una palabra que, de forma sumaria, en etimología es descrita como una norma para el comportamiento, sin describir el valor que se le debe aplicar, ya que partiendo de su posición etimológica, nada dice de si es positiva o negativa para nuestro mundo. Son las aportaciones de una serie de filósofos, Sócrates, Aristoteles, Platón etc. los que le dan un plasme positivo y necesario para valuar una sociedad. Personalmente prescindo de la filosofía clásica y me apunto a la que expone Fernando Savater, de que la moral es la toma de conciencia que nos permita aceptar lo positivo y rechazar lo negativo para nuestro tejido social en su versión colectiva o individual, ajena a dogmas de cualquier tipo, que han tratado y tratan de monopolizarla para el servicio de sus intereses particulares o colectivos. Pero bueno, de esto que digo está libre cada uno de interpretarlo a su manera. Lo que si me sorprendió, fue la baja calidad que rondaba en torno a ciertos señorones, individuos que adornaban sus personas con impresionantes titulaciones académicas, su carencia de rigor científico y su aferrado dogmatismo puerta de entrada a unas totalitarias y aberrantes posiciones que hacían imposible un dialogo racional. Por que, Ramón Moya, para mi no existe dialogo racional, ni apenas de otro tipo, con gentes que creen, desde posiciones cerradas, que el mundo solo existe desde hace unos 15.000años. Y claro está: sus criterios con respecto a la moral, no diferían mucho de las que la iglesia nos ha estado obsequiando durante siglos:"Los dogmas hay que aceptarlos por la fe. Ponerlos en duda conduce al pecado, y el pecado es el portal del infierno"
No quiero alargar este mensaje más de la cuenta, por lo que dejo para próximas aportaciones otras sabrosas aportaciones surgidas en torno a lo que allí se discernía.
Hasta pronto
Constó esta de dos ponencias a las que hay que adjuntar dos oradores: el uno defensor de la evolución, defensor de las teorías desarrolladas por Charles Darwin, y el otro creacionista, defensor de la idea de que el mundo fue creado hace aproximadamente unos 10.000 a 15.000 años. Huelga decir que con estas posiciones antagónicas tuvimos los participantes que adoptar las teorías que más arropaban nuestras creencia. La conferencia de por si no era nada nuevo, transcurriendo en un ambiente de relajado civismo. Cierto que hubo alguna voz alta a la hora de conceder la palabra para hacer preguntas o pedir ciertas aclaraciones. Pero no puedo más que decir que todo se hizo bajo el manto de la distensión y el pacifismo. Fue sin embargo después de la conferencia, durante el simposio que la procedió, cuando surgieron conversaciones bastante sabrosas sobre los temas tratados, y que sirvieron como refuerzo a mi posición de que la moral, como tú bien has marcado, no es monopolio de la religión, ni tampoco del ateismo. Moral es una palabra que, de forma sumaria, en etimología es descrita como una norma para el comportamiento, sin describir el valor que se le debe aplicar, ya que partiendo de su posición etimológica, nada dice de si es positiva o negativa para nuestro mundo. Son las aportaciones de una serie de filósofos, Sócrates, Aristoteles, Platón etc. los que le dan un plasme positivo y necesario para valuar una sociedad. Personalmente prescindo de la filosofía clásica y me apunto a la que expone Fernando Savater, de que la moral es la toma de conciencia que nos permita aceptar lo positivo y rechazar lo negativo para nuestro tejido social en su versión colectiva o individual, ajena a dogmas de cualquier tipo, que han tratado y tratan de monopolizarla para el servicio de sus intereses particulares o colectivos. Pero bueno, de esto que digo está libre cada uno de interpretarlo a su manera. Lo que si me sorprendió, fue la baja calidad que rondaba en torno a ciertos señorones, individuos que adornaban sus personas con impresionantes titulaciones académicas, su carencia de rigor científico y su aferrado dogmatismo puerta de entrada a unas totalitarias y aberrantes posiciones que hacían imposible un dialogo racional. Por que, Ramón Moya, para mi no existe dialogo racional, ni apenas de otro tipo, con gentes que creen, desde posiciones cerradas, que el mundo solo existe desde hace unos 15.000años. Y claro está: sus criterios con respecto a la moral, no diferían mucho de las que la iglesia nos ha estado obsequiando durante siglos:"Los dogmas hay que aceptarlos por la fe. Ponerlos en duda conduce al pecado, y el pecado es el portal del infierno"
No quiero alargar este mensaje más de la cuenta, por lo que dejo para próximas aportaciones otras sabrosas aportaciones surgidas en torno a lo que allí se discernía.
Hasta pronto
Razonada respuesta amigo "Lobo"
En estos momentos un molesto resfriado me hace acortar mi visita al mínimo, en este foro (Ya sabéis; dolores musculares y de cabeza), pero no quiero pasar de largo, sin agradecer al amigo "lobo", la inteligente respuesta a mi comentario sobre la "moral"
Muchas gracias amigo "Lobo de mar"
En estos momentos un molesto resfriado me hace acortar mi visita al mínimo, en este foro (Ya sabéis; dolores musculares y de cabeza), pero no quiero pasar de largo, sin agradecer al amigo "lobo", la inteligente respuesta a mi comentario sobre la "moral"
Muchas gracias amigo "Lobo de mar"
ESTIMADO RAMÓN MOYA: antes que nada desearte una pronta recuperación de ese resfriado, que, por lo que describes, debe ser una de esas gripes que anualmente, para que no olvidemos su existencia, nos martirizan con esos síntomas que tu ya has puesto sobre el tapete.
Quizá va siendo hora de que cuente la segunda parte de esa conferencia sobre moral y que si fue una orgía de títulos académicos formales, también lo fue de perjuicios basados, según mis criterios en la más pura de las ignorancias.
Como ya te decía, esta segunda parte consistió en un simposio donde de forma voluntaria y relajada deberíamos contrastar las impresiones que la retórica de los oradores nos había dejado. Caí en un grupo el que, de forma casual, lo componían un psicólogo, un cura, un aburrido comerciante (que no se a que coño fue, el tío era un verdadero borrego que no dijo más que majaderías), un maestro de lenguas clásicas y éste humilde servidor.
El psicólogo, que aunque hablaba un perfecto castellano se le notaba cierto deje sajón, fue el primero en lanzar la piedra exponiendo el interrogante de si existía moral sin Dios, lo que fue
automaticamente rechazo por el cura y por el ya citado borrego, aunque, como ya he dicho este sujeto se limitó a decir SI, sin aportar nada al tema. El maestro y yo, calladitos, pues no habíamos apreciado aún con claridad, por donde iban los tiros. Fue sin embargo cuando el psicólogo empezó a ser más individual y a hablar de su trabajo, cuando la conversación tomó un giro que al final acabó desnudando a él mismo y al cura. Dijo el tal sujeto, que estaba integrado en un equipo compuesto por médicos, teólogos y otros humanistas que en la universidad, si mal no recuerdo de Toronto, investigaban la división entre el cuerpo y el alma, ilustrando su resultados en estudios hechos a personas que en principio habían dejado la existencia, pero que la ciencia había logrado reintegrar a este mundo. Como prueba exponía las narraciones de esos transfugas entre la vida y la muerte, sobre ese famoso túnel iluminado en su salida y la sensación de sentir la paz, tranquilidad y bienestar que se supone es propia del paraíso. Te puedes suponer, que la idea de fuerte carácter deista, fue automáticamente apoyada por el clérico ya que ratificaba sus posiciones moralizadoras, afirmando que esto era una prueba clara de la existencia de Dios, que por ser así, era fuente de toda moral. Las cosas se le complicaron al sacerdote, cuando ese criterio fue puesto en duda por el maestro de lenguas y por un servidor. Y mira que nuestra oposición partía de un principio que tiene sus bases en la misma iglesia, aclarando: en su oposición a aceptar el que la ciencia pueda hacer volver a la vida, a personas que ya han sido consideradas como fallecidas, aquí la iglesia es tajante y pregona la imposibilidad de retornar un difunto a la vida."Si esto es posible, muestra que la persona en cuestión no ha muerto", y no valgan aclaraciones científicas. Personalmente aporte el supuesto de que le evolución nos haya previsto de mecanismos que hagan posible la mitigación o prevención de cierto tipo de causas en la vida humana. Como ejemplo cité un hecho bastante corriente en el proceder humano, consistente en esa especie de respingo que a veces se produce a la hora de tomar el sueño. Estoy contando sobre esa situación bastante común, en la que cuando estamos pasando la fase del consciente al reino de morfeo, se produce un espasmo que nos vuelve nuevamente, por muy corto espacio de tiempo al consciente para después inmediatamente entrar en el sueño. Una vez obtuve una explicación científica a este fenómeno de un investigador, que si poder precisar me dijo que posiblemente se tratara de restos de una herencia genética, programada así en nuestro cerebro desde nuestro estado de simples simios, para confirmar que el lugar escogido para pernoctar, con frecuencia entre las ramas de un árbol, era seguro. El cura, que tan dispuesto estaba a aceptar lo del túnel, no se mostró interesado en la relación que pudiera existir entre los dos fenómenos, alegando que mientras el primer caso era prueba evidente del cambio de fase, de una dimensión a otra, consideraba el segundo como una bagatela sin fundamento. A todo esto la situación se complicó al hacer saber el psicólogo, que resultó ser canadiense con antecedentes en Honduras Británica, hoy Belize, que él no era católico, pero si metodista y también creacionista, aunque el sostenía la creencia de que el mundo fue creado hace 50.000años, vete a saber en que basan sus cuentas estos pitufos. Bueno el caso es que el cura al no tener respuesta a lo planteado, sobre todo a la definición de cuando uno es considerado muerto, se escapo por las ramas, sin antes tachar nuestras ideas de demenciales y como el tema era la moral, de amorales. Pero todo esto con un lenguaje y modales que recordaban a aquellos curas del naciona-lcatolicismo, moralistas e incultos. El comerciante, que repito, no se que leche hacía alli, se puso al lado del "pater", y mira que curiosidad, el psicólogo metodista, sin aceptar nuestro punto de vista, tampoco lo rechazó.
Encuentro bastante difícil escribir este tipo de cosas en la pequeña ventana que nos ofrece el web del foro, ya que no ofrece una perspectiva total de lo que escribes, por lo que me quedo aquí, aunque de esta conversación podría estar contando mucho más. Quizás lo haga fragmentado en sucesivos mensajes.
La moraleja que extraje de los hechos, es que a pesar de lo sofisticado de los tiempos, aún andan por ahí sueltos cientos de carcamales de primera clase, pero que tienen una gran influencia en nuestra sociedad. La segunda sería que existen grandes ignorantes con titulaciones académicas de las cuales se valen para meter la cuchara a donde no deben.
La tercera sería ponerme al lado de aquellos que luchan por mantenerse íntegros, conscientes de que la moral es algo mutable en todos los humanos por estar en dependencia de los hechos y las circunstancias. La cuarta sería el rechazo total a los moralizadores, ya que con frecuencia obran bajo el signo de la hipocresía.
Pido excusas por extenderme tanto
Un saludo
Quizá va siendo hora de que cuente la segunda parte de esa conferencia sobre moral y que si fue una orgía de títulos académicos formales, también lo fue de perjuicios basados, según mis criterios en la más pura de las ignorancias.
Como ya te decía, esta segunda parte consistió en un simposio donde de forma voluntaria y relajada deberíamos contrastar las impresiones que la retórica de los oradores nos había dejado. Caí en un grupo el que, de forma casual, lo componían un psicólogo, un cura, un aburrido comerciante (que no se a que coño fue, el tío era un verdadero borrego que no dijo más que majaderías), un maestro de lenguas clásicas y éste humilde servidor.
El psicólogo, que aunque hablaba un perfecto castellano se le notaba cierto deje sajón, fue el primero en lanzar la piedra exponiendo el interrogante de si existía moral sin Dios, lo que fue
automaticamente rechazo por el cura y por el ya citado borrego, aunque, como ya he dicho este sujeto se limitó a decir SI, sin aportar nada al tema. El maestro y yo, calladitos, pues no habíamos apreciado aún con claridad, por donde iban los tiros. Fue sin embargo cuando el psicólogo empezó a ser más individual y a hablar de su trabajo, cuando la conversación tomó un giro que al final acabó desnudando a él mismo y al cura. Dijo el tal sujeto, que estaba integrado en un equipo compuesto por médicos, teólogos y otros humanistas que en la universidad, si mal no recuerdo de Toronto, investigaban la división entre el cuerpo y el alma, ilustrando su resultados en estudios hechos a personas que en principio habían dejado la existencia, pero que la ciencia había logrado reintegrar a este mundo. Como prueba exponía las narraciones de esos transfugas entre la vida y la muerte, sobre ese famoso túnel iluminado en su salida y la sensación de sentir la paz, tranquilidad y bienestar que se supone es propia del paraíso. Te puedes suponer, que la idea de fuerte carácter deista, fue automáticamente apoyada por el clérico ya que ratificaba sus posiciones moralizadoras, afirmando que esto era una prueba clara de la existencia de Dios, que por ser así, era fuente de toda moral. Las cosas se le complicaron al sacerdote, cuando ese criterio fue puesto en duda por el maestro de lenguas y por un servidor. Y mira que nuestra oposición partía de un principio que tiene sus bases en la misma iglesia, aclarando: en su oposición a aceptar el que la ciencia pueda hacer volver a la vida, a personas que ya han sido consideradas como fallecidas, aquí la iglesia es tajante y pregona la imposibilidad de retornar un difunto a la vida."Si esto es posible, muestra que la persona en cuestión no ha muerto", y no valgan aclaraciones científicas. Personalmente aporte el supuesto de que le evolución nos haya previsto de mecanismos que hagan posible la mitigación o prevención de cierto tipo de causas en la vida humana. Como ejemplo cité un hecho bastante corriente en el proceder humano, consistente en esa especie de respingo que a veces se produce a la hora de tomar el sueño. Estoy contando sobre esa situación bastante común, en la que cuando estamos pasando la fase del consciente al reino de morfeo, se produce un espasmo que nos vuelve nuevamente, por muy corto espacio de tiempo al consciente para después inmediatamente entrar en el sueño. Una vez obtuve una explicación científica a este fenómeno de un investigador, que si poder precisar me dijo que posiblemente se tratara de restos de una herencia genética, programada así en nuestro cerebro desde nuestro estado de simples simios, para confirmar que el lugar escogido para pernoctar, con frecuencia entre las ramas de un árbol, era seguro. El cura, que tan dispuesto estaba a aceptar lo del túnel, no se mostró interesado en la relación que pudiera existir entre los dos fenómenos, alegando que mientras el primer caso era prueba evidente del cambio de fase, de una dimensión a otra, consideraba el segundo como una bagatela sin fundamento. A todo esto la situación se complicó al hacer saber el psicólogo, que resultó ser canadiense con antecedentes en Honduras Británica, hoy Belize, que él no era católico, pero si metodista y también creacionista, aunque el sostenía la creencia de que el mundo fue creado hace 50.000años, vete a saber en que basan sus cuentas estos pitufos. Bueno el caso es que el cura al no tener respuesta a lo planteado, sobre todo a la definición de cuando uno es considerado muerto, se escapo por las ramas, sin antes tachar nuestras ideas de demenciales y como el tema era la moral, de amorales. Pero todo esto con un lenguaje y modales que recordaban a aquellos curas del naciona-lcatolicismo, moralistas e incultos. El comerciante, que repito, no se que leche hacía alli, se puso al lado del "pater", y mira que curiosidad, el psicólogo metodista, sin aceptar nuestro punto de vista, tampoco lo rechazó.
Encuentro bastante difícil escribir este tipo de cosas en la pequeña ventana que nos ofrece el web del foro, ya que no ofrece una perspectiva total de lo que escribes, por lo que me quedo aquí, aunque de esta conversación podría estar contando mucho más. Quizás lo haga fragmentado en sucesivos mensajes.
La moraleja que extraje de los hechos, es que a pesar de lo sofisticado de los tiempos, aún andan por ahí sueltos cientos de carcamales de primera clase, pero que tienen una gran influencia en nuestra sociedad. La segunda sería que existen grandes ignorantes con titulaciones académicas de las cuales se valen para meter la cuchara a donde no deben.
La tercera sería ponerme al lado de aquellos que luchan por mantenerse íntegros, conscientes de que la moral es algo mutable en todos los humanos por estar en dependencia de los hechos y las circunstancias. La cuarta sería el rechazo total a los moralizadores, ya que con frecuencia obran bajo el signo de la hipocresía.
Pido excusas por extenderme tanto
Un saludo