El cortijo
San Antonio, a principios del siglo xx, le llamaban el cortijo “Los Romeros” Albergaba una pequeña
ermita dedicada a San Antonio, (de ahí su nombre actual) en donde el párroco de
Alcaudete bajaba regularmente para decir misa, casar a las mozas de
Sabariego, y
bautizar a los bebés de la aldea, (a mi madre, Nati, de La Solana), la bautizaron allí en 1932. Por aquel entonces, aún no se había construido la
iglesia del Sabariego.
Hoy, tristemente, sus
ruinas sólo albergan entre sus ripios, matojos silvestres, higos chumbos, conejos, liebres y alguna que otra serpiente, junto con estos recuerdos…