Querido amigo, Jacinto: Es extraño heredar la sed de otros, esa memoria de pasados desgraciados, de noches en blanco, de renuncias, de ofensas sufridas en silencio. Es raro aceptar el dolor del corazón y vivir el presente sin odio ni rencores a los que tanto daño te hicieron… Huiste para buscar pozos que saciaran tu sed, y encontraste desiertos sin pozos,
hasta llegar, por lo que me cuentas, a las puertas de la Familia Abad, en Jaén, quienes se hicieron cargo de tu persona, te lavaron las cortezas de los pies y te curaron las llagas profundas, marcadas en tus pies.
Tu vida, Jacinto, bien merece ser contada. Por todo…
Me ha encantado la foto que me envías de pequeño. Tal y como en Sabariego te recuerdan…
Yo heredé al igual que tú, el amor por mi tierra, por mi gente, y aunque quizá pronto nadie recuerde nuestros nombres, alguien tiene que heredar nuestro amor. Por eso intento presentar mis fotos, acompañadas de diálogos..., para que, poco a poco, como bien dices, la aldea se convierta en la imagen humana de sus gentes. Y para que no muera en la memoria de los que nos sucedan…
Tu prima María (La Chata) era prima de tu madre. Te daré más información en cuanto la vea de nuevo.
Estaré feliz si vienes este verano a Sabariego. Por fin veré al niño- hombre, que ya es noticia en todos los pueblos de Jaén. No dudes que nos tomaremos una copilla de vino con un buen jamón, o queso, o aceitunas sabaregueñas…
Mil besos, amigo.
Estoy deseando conocerte.
Anif.
hasta llegar, por lo que me cuentas, a las puertas de la Familia Abad, en Jaén, quienes se hicieron cargo de tu persona, te lavaron las cortezas de los pies y te curaron las llagas profundas, marcadas en tus pies.
Tu vida, Jacinto, bien merece ser contada. Por todo…
Me ha encantado la foto que me envías de pequeño. Tal y como en Sabariego te recuerdan…
Yo heredé al igual que tú, el amor por mi tierra, por mi gente, y aunque quizá pronto nadie recuerde nuestros nombres, alguien tiene que heredar nuestro amor. Por eso intento presentar mis fotos, acompañadas de diálogos..., para que, poco a poco, como bien dices, la aldea se convierta en la imagen humana de sus gentes. Y para que no muera en la memoria de los que nos sucedan…
Tu prima María (La Chata) era prima de tu madre. Te daré más información en cuanto la vea de nuevo.
Estaré feliz si vienes este verano a Sabariego. Por fin veré al niño- hombre, que ya es noticia en todos los pueblos de Jaén. No dudes que nos tomaremos una copilla de vino con un buen jamón, o queso, o aceitunas sabaregueñas…
Mil besos, amigo.
Estoy deseando conocerte.
Anif.