-25% solo aquí
No se si decir hola, no veo a nadie:
Me acercare a la puerta y gritare ¡nenaaa…!
Nada, no contesta nadie. Estarán en el corral.
Hoy me asomo a la ventana de la casa grande, en los “pinetes” y vuelvo a sentir el terrible silencio de mi pueblo, de los hombres de campo como Verain. Ya no rompen este silencio ni los pasos ligeros de los burros cargados, ni tan siquiera el desagradable ruido de los motores de tractores y todo terrenos.
¿Qué esta pasando en mí pueblo?
Al menos se deberían asomar a esta ventana los sabioteños que no viven en Sabiote y no están en la aceituna y descansan los fines de semana.
Por favor romped vosotros este silencio y aseguradme que Sabiote aun tiene vida
¡Forastero, Lug, Luis de Ferrandiz, Bartolomé!
Todos los que solo miráis, por favor, romped este silencio que me ahoga y me deprime.
¿No quedan hombres y mujeres en mi pueblo capaces de gritar?
Bueno, pues con dios.
SALARIA.
Me acercare a la puerta y gritare ¡nenaaa…!
Nada, no contesta nadie. Estarán en el corral.
Hoy me asomo a la ventana de la casa grande, en los “pinetes” y vuelvo a sentir el terrible silencio de mi pueblo, de los hombres de campo como Verain. Ya no rompen este silencio ni los pasos ligeros de los burros cargados, ni tan siquiera el desagradable ruido de los motores de tractores y todo terrenos.
¿Qué esta pasando en mí pueblo?
Al menos se deberían asomar a esta ventana los sabioteños que no viven en Sabiote y no están en la aceituna y descansan los fines de semana.
Por favor romped vosotros este silencio y aseguradme que Sabiote aun tiene vida
¡Forastero, Lug, Luis de Ferrandiz, Bartolomé!
Todos los que solo miráis, por favor, romped este silencio que me ahoga y me deprime.
¿No quedan hombres y mujeres en mi pueblo capaces de gritar?
Bueno, pues con dios.
SALARIA.