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SABIOTE: La tarde que me fui de Sabiote era una tarde soleada...

La tarde que me fui de Sabiote era una tarde soleada y fría... Joder, he estado a punto de reabrir una herida que, aunque abierta desde aquel día de diciembre de 1984, me había jurado, sin conseguirlo, cerrar. No solamente había recordado tantas y tantas imágenes que tenía de aquellos momentos, sino que he querido plasmarlos, aun sin nombres, como queriendo dejar que salga la sangre de la herida, como pretendiendo que al supurar comenzaran la cicratización y el olvido.

¡Oh, el amor, el amor...! ¡Qué formas toma a veces!
¿Por qué ha de ser así?
¿Por qué este veneno de la sangre está ahí siempre,
agazapado como un tigre, y no se va,
y a veces se levanta, y lucha... y, ¡ay!, puede más que
los ángeles?

Este "olvido" tan cercano, doloroso y tierno, que no me deja, que me acompaña y que me quema, que perdura y que es tan entrañable y mío, no es para ser compartido.
Y me fui. Así se lo prometí al niño de la foto.

" ¡Oh, el amor, el amor, qué formas toma a veces!"

Perdonad este inciso, pero me equivoqué de recuerdo. A veces, los años nos juegan una mala pasada, y algunas veces la mente guarda los recuerdos en un cajón que no le corresponde, y otras veces hace que mientras vivimos una experiencia la mente crea que ya se ha vivido (Déjà vu). No lo sé, pero este hecho tiene también mi nombre y pertenece a la circunstancia que soy yo.
Que me perdone.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Poema (fragmento) de León Felipe.