Buenos días a tod@s.
Pues sí, amigo Verain, mi amigo se divorció previamente para poder casarse con nuestra paisana, y se trajo a su hijo porque luchó por su custodia y la ganó. Buen hombre este aragonés-baturro-maño de origen. Y no te preocupes, que las risas que me dieron con el escrito del amigo Forastero eran sanas, lo que pasa es que al leer tu escrito, me lo has recordado y hago enormes esfuerzos para no reírme de nuevo. De verdad, Forastero, que es sin mala intención. Te lo prometo. Ya te mandaré una foto mía y a ver si tú me recuerdas, porque Verain dice que no.
Bueno, amigo Jospa, a mí, en general (salvo excepciones), siempre me han gustado más los relatos cortos, tanto en prosa como en verso, y, si nos atenemos al significado que para prosa tiene la RAE (en ese diccionario que como tú bien dices se puede consultar gratuitamente en internet), pues me quedo, siempre como norma general, con las acepciones 1 y 5, esto es, con las que definen a la prosa como “Estructura o forma que toma naturalmente el lenguaje para expresar los conceptos, y no está sujeta, como el verso, a medida y cadencia determinadas”, recalcando “para expresar los conceptos”, con lo cual “Asdfgf ñlkjhj” no sería prosa, y la acepción coloquial 5ª, “Demasía de palabras para decir cosas poco o nada importantes”, pero, en fin, esto es cuestión de gustos u opiniones, y ya sabemos que difícilmente, en España, se pondrán de acuerdo dos personas: “ni blanco, ni negro, sino todo lo contrario”.
Y ya puestos a gustos, entre un poeta peruano como Miguel Ángel Zapata, otro sevillano como Luis Cernuda, o el nicaragüense Rubén Darío, me quedo con el granadino Luis Rosales (su poema titulado “Autobiografía” es antológico –repito, cuestión de gustos-), por poner un ejemplo, pero no me diréis que el poema en verso del giennense Bernardo López García, titulado “Al dos de mayo” pero que todo el mundo conoce más por su frase de comienzo: “Oigo, patria, tu aflicción, y escucho el triste concierto que forman tocando a muerto, la campana y el cañón…” no es hermoso…
Bueno, que no me quiero enrollar ni con la prosa ni con el verso. El amigo Salaria ya nos puso los pies en el suelo con los políticos y el verdadero interés de los mismos: el dinero, y ahora se asoma a esta “su ventana” y “nuestra ventana” a enseñarnos el significado de la frase “clara, escueta y concisa” y a pedirnos que la tengamos en cuenta cuando proseemos. Y pienso que tiene razón (vuelvo a decir que es cuestión de opiniones), y lo que no sé es si los amigos Zaidín y Lug piensan igual que él. ¿Se habrán acoj…ado con el nivel literario y estilístico al que hace referencia el amigo Salaria? El remate a la frase de éste también me parece, como el poema de Rosales, antológico: “y recordar que somos unos simples paisanos hablando de su pueblo”.
Recuerdo a un amigo que, después de una disertación psicológica de 4 horas en plena Gran Vía madrileña por parte de un señor bajito, calvo, con bigote, abrigo, bombín y bastón (una pista: la descripción es para despistar), se tiró todo el fin de semana mascullando, por lo bajo y entre dientes: ¿quién me mandaría a mí preguntarle a ese tipo la hora, siendo tan educado como soy? Y es que, a veces, nos quedamos atónitos sin querer.
Jajajajaja. Amigo Forastero, te he cogido aprecio y te vuelvo a reiterar que me perdones.
Bueno, un abrazo a tod@s, y hasta mañana.
Pues sí, amigo Verain, mi amigo se divorció previamente para poder casarse con nuestra paisana, y se trajo a su hijo porque luchó por su custodia y la ganó. Buen hombre este aragonés-baturro-maño de origen. Y no te preocupes, que las risas que me dieron con el escrito del amigo Forastero eran sanas, lo que pasa es que al leer tu escrito, me lo has recordado y hago enormes esfuerzos para no reírme de nuevo. De verdad, Forastero, que es sin mala intención. Te lo prometo. Ya te mandaré una foto mía y a ver si tú me recuerdas, porque Verain dice que no.
Bueno, amigo Jospa, a mí, en general (salvo excepciones), siempre me han gustado más los relatos cortos, tanto en prosa como en verso, y, si nos atenemos al significado que para prosa tiene la RAE (en ese diccionario que como tú bien dices se puede consultar gratuitamente en internet), pues me quedo, siempre como norma general, con las acepciones 1 y 5, esto es, con las que definen a la prosa como “Estructura o forma que toma naturalmente el lenguaje para expresar los conceptos, y no está sujeta, como el verso, a medida y cadencia determinadas”, recalcando “para expresar los conceptos”, con lo cual “Asdfgf ñlkjhj” no sería prosa, y la acepción coloquial 5ª, “Demasía de palabras para decir cosas poco o nada importantes”, pero, en fin, esto es cuestión de gustos u opiniones, y ya sabemos que difícilmente, en España, se pondrán de acuerdo dos personas: “ni blanco, ni negro, sino todo lo contrario”.
Y ya puestos a gustos, entre un poeta peruano como Miguel Ángel Zapata, otro sevillano como Luis Cernuda, o el nicaragüense Rubén Darío, me quedo con el granadino Luis Rosales (su poema titulado “Autobiografía” es antológico –repito, cuestión de gustos-), por poner un ejemplo, pero no me diréis que el poema en verso del giennense Bernardo López García, titulado “Al dos de mayo” pero que todo el mundo conoce más por su frase de comienzo: “Oigo, patria, tu aflicción, y escucho el triste concierto que forman tocando a muerto, la campana y el cañón…” no es hermoso…
Bueno, que no me quiero enrollar ni con la prosa ni con el verso. El amigo Salaria ya nos puso los pies en el suelo con los políticos y el verdadero interés de los mismos: el dinero, y ahora se asoma a esta “su ventana” y “nuestra ventana” a enseñarnos el significado de la frase “clara, escueta y concisa” y a pedirnos que la tengamos en cuenta cuando proseemos. Y pienso que tiene razón (vuelvo a decir que es cuestión de opiniones), y lo que no sé es si los amigos Zaidín y Lug piensan igual que él. ¿Se habrán acoj…ado con el nivel literario y estilístico al que hace referencia el amigo Salaria? El remate a la frase de éste también me parece, como el poema de Rosales, antológico: “y recordar que somos unos simples paisanos hablando de su pueblo”.
Recuerdo a un amigo que, después de una disertación psicológica de 4 horas en plena Gran Vía madrileña por parte de un señor bajito, calvo, con bigote, abrigo, bombín y bastón (una pista: la descripción es para despistar), se tiró todo el fin de semana mascullando, por lo bajo y entre dientes: ¿quién me mandaría a mí preguntarle a ese tipo la hora, siendo tan educado como soy? Y es que, a veces, nos quedamos atónitos sin querer.
Jajajajaja. Amigo Forastero, te he cogido aprecio y te vuelvo a reiterar que me perdones.
Bueno, un abrazo a tod@s, y hasta mañana.