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SABIOTE: Host…. que se me ha pasado contaros la segunda parte...

Host…. que se me ha pasado contaros la segunda parte de:

“De Madrid al Cielo pero… pasando por Sabiote

La puntilla me la dio un sobrino de mi mujer que aparece con los pantalones rotos y descoloridos, una camisa negra que sería para una persona, que por desgracia, esperan en una lista para ser operados de reducción de estomago, con más hebillas y correas que los enseres de logística de un convoy militar. ¡Y Lo de la cabeza!, eso no es describible, llevaba un flequillo discontinuo hasta la mitad de la cabeza, que tras un impresentable trasquilón, comenzaba una cola de caballo de más a menos hasta terminar con una coletilla igual que el "ataero" de un capacho, …eso por arriba. Por los laterales, los tenía rapados y cada tres centímetros aparecía un surco apurado más a fondo a semejanza de los cortafuegos realizados en las grandes extensiones forestales para prevenir los temidos fuegos.

Esto no es para contarlo, antes de echármelo a la cara y esperando nuestro encuentro y fraternal saludo…. la reina de mi casa, ya sospechaba que no iba a permanecer callado, y me dice, cuidado con lo que le dices al chico que aquí viven de otra manera. Ya lo sé que aquí viven de otra manera, ¡y que manera! Bueno, pues cuando llega el turno de saludarnos, me mira con una sonrisa, presintiendo que algún comentario se me escaparía y me dice:

Sobrino: Hola tito, ¿qué tal?

Tío: Hola sobrino, ya ves, aquí disfrutando de las vistas. ¿Y tú cómo te manejas? ¿Qué te ha pasado?

Sobrino: Nada

Tío: ¿Cómo que nada? ¿Es que no te has dado cuenta que se te han roto los pantalones? Parece que vienes de coger zapateras y zurriones de los "Lavaeros del Cañete" y te has quedado enganchado en un cambrón ¿O es que tu madre está haciendo jabón casero y te has caído al lebrillo de la cáustica?

Sobrino: No tío, es que son así, los venden rotos y descoloridos porque es lo que se lleva.

Tío: ¿Lo que se lleva? ¿Pero quién dice lo que se lleva? Cuatro dislocaos que viven en cualquier ático rodeados de gatos, haciendo cuatro rayajos y con el síndrome de Diógenes ¿La camisa no es tuya, verdad?

Sobrino: Si tío, es mía la compré en Rocce y a un precio de escándalo.

Tío: ¿De escándalo? Mejor no me lo digas, no quiero que se arme uno aquí si me lo dices. ¿Supongo que lo de Rocce no será porque te escuecen las sobacos de rozarte? ¡Pero Hijo Mío! No puedes ponerte algo en condiciones, siquiera por nosotros, que sabes que venimos del Paraíso y nos cuesta concebir este sistema de vida ¿…. Y en la cabeza, quién te ha hecho eso?

Sobrino: Esto me lo ha hecho un peluquero muy solicitado que vive en el bajo de nuestro bloque. ¿Te gusta?

Tío: ¡Gustarme es poco! Me encanta, ¿Pero ahora ese peluquero estará en la cárcel, no? ¿Cómo puede andar libremente por la calle el elemento que ha atentado contra la ley del Creador, y además sin bisturí?

Sobrino: ¡Qué va!, si encima me ha hecho un precio especial de 65 €.

Tío: ¿65 € por hacerte eso? ¡Qué lástima! No sé si quedará en Sabiote alguna persona con conocimientos de "Esquilaor", aquí se hubiera hecho de oro pelando a cuatro seres como tú, …. al menos los dibujos y las líneas sobre las grupas de las bestias las hacían más bonitas y equidistantes, e incluso si me lo hubieras dicho a mí, te lo hubiese hecho gratis, o te hubieras venido conmigo a Sabiote y en el "Cortijo del Madroñal" mientras hubieras dormido, también te lo hubiera hecho gratis una cabra a mordiscos y lametones, sin duda hubiera quedado mejor terminado.

Después de terminar con la fiesta religiosa acudimos a un restaurante para el convite, a primera vista sabía que no iba a estar a mi aire porque había más lujo del que yo sabía y podía digerir. Tras los aperitivos nos dan a elegir la comida entre cuatro o cinco platos. Me da el camarero la carta y tras varios repasos a los menús, sacó la conclusión de no saber lo que voy a pedir porque no conozco esos nombrajos, y si no, ¿decidme vosotros lo que es mi primera elección?: "Piñón rustico con atrevidillas y guarnición escalfada", me traen una especie de tronco de pescado y con más raspas que el trigo de la Vega, digo al camarero, ¡por favor! llévese esto de aquí si no quiere amargarme la tarde. El camarero lo retira y me da otra vez el catalogo de las griferías, bueno la carta. Otra vez pido algo que ahora no recuerdo su nombre pero que parecía más español, ¡Madre Mía! cuando aparece con un plato en el que había una hoja de berza con el tronco de un "jamargo" y con unos salpicones de salsa verde como si se la hubieran puesto debajo del culo a un gato con diarrea verbenera. Llamo otra vez al camarero y le digo, haga usted el favor de dejarme otra vez la revista esa de los nombres raros, …ahora cójame la mano y como no me ponga el dedo sobre donde pone "chuleta de cerdo con patatas", me voy a cagar en la madre que parió al cocinero y en la del que puso la primera piedra de este restaurante, que las pobres no tienen culpa de tener a unos hijos tan…...

¡Vaya! menos mal que salió el cocinero que era de las Navas y me dice, ¡pero hombre paisano! Haber dicho que eras de Sabiote y te pongo gloria bendita. Digo, pues ya lo sabes, por hoy y para mí, la gloria bendita es chuleta de cerdo con patatas y de postre un puñado de habas.

Bueno, al final todo discurrió y terminó en buen ambiente y armonía, propias de una familia que se juntan en celebraciones que rebosan de alegría y diversión y de las que hay que disfrutar, y sobre todo, por la ilusión de un crio en el día de su Primera Comunión, ¡ojalá! no pasara el tiempo y siempre estuviera con esta edad, pero el tiempo pasa sin nada ni nadie que lo detenga y nos traerá momentos no tan buenos como estos, por eso hay que aprovechar y disfrutar de los buenos, a pesar de hijos y sobrinos como el mío, que por su forma de vestir y comportarse nos hacen dudar, de ser nosotros los que estamos fuera de contexto, …aunque mientras pueda ser, yo no quiero cambiar …. a mejor, como ellos dicen.

Gracias a Dios ya estamos aquí sanos y salvos, a pesar de los scalextric y de las personas que los señalizan, comprendemos que no esperan que acudamos a sus urbes, catetos como yo, pero ahora con más razón puedo afirmar sin temor a equivocarme lo que decía Paco Martínez Soria: "La Ciudad no es para Mí", en este caso para…:

Verain

¡VIVA San Isidro Labrador! y.... Gracias por las habas.