Buenos días a tod@s
El año 2001 celebramos los antiguos compañeros del colegio Marista de Granada los 25 años de la conclusión de nuestro bachillerato; hacía nada más y nada menos que 25 años que habíamos acabado el COU y tras pasar la Selectividad, nos enfrentábamos a la Universidad, ese descomunal reto que a todos nos producía pavor. Para la ocasión, abrimos una cuenta en una entidad bancaria y todos, una vez localizados, efectuamos un ingreso de 17.000 pesetas con las que pagar el almuerzo, la cena, las 3 pilingüis brasileñas que nos la amenizaron, los regalos y la camiseta promocional estampada.
Con algunos compañeros el contacto fue continuado durante estos años, pero con otros a los que se había perdido la pista, pues qué decir: una alegría enorme volverlos a encontrar. En la comida nos dispusieron en mesas circulares por grupos, y nosotros nos fuimos sentando en ellas según nuestras afinidades personales. En un momento dado, un compañero sugirió que echaba de menos el colegio, que siempre lo había recordado y se emocionaba mucho cuando memorizaba el patio, los jardines, los campos de deportes (sí, literal, los campos de deportes que antes había en todos los colegios que estaban ubicados en el interior de las ciudades y que la especulación había eliminado hasta un par de pistas de basket, que ocupaban menos).
Yo, que tengo por oficio discrepar (el garbanzo negro Damián), le dije que era cuestión de opiniones, que a mí, quien me había hecho sonreir y emocionarme durante estos años había sido el recuerdo de mis compañeros, que había llorado por los que fallecieron hacía unos años, y que mi vínculo con la juventud lo establecía mediante el recuerdo de mis compañeros, las personas, y no el lugar. En verdad, yo pienso que en cualquier otro colegio o en cualquier otro lugar, de coincidir con aquellos compañeros, hubiera vuelto a ser feliz. Y con aquella edad…
Valga esto como introducción para dirigirme al amigo Verain. A mí me da la impresión (vuelvo a decir que es cuestión de opiniones), de que nuestro amigo está esperando a ver si somos capaces de llevar este foro a un largo y fructífero caminar por nosotros solos, y me va a permitir que le diga que lo importante de este foro no es el foro en sí, sino las personas que, unidas por un vínculo común en mayor o menor grado que es el pueblo y sus habitantes, participan en él, ya como escritores, como lectores. Y lo echamos de menos, igual que a los demás que aparecen de vez en cuando, como el Guadiana, como yo mismo, como el Forastero, que últimamente escribe menos. Un lugar como este acaba por conseguir un alma propia, pero que es la suma de las almas que a él se acercan, y si alguna se le pierde en el camino, pues ya no es el mismo alma. Verain, ¿ANDANDARÁS?
Y ahora, amiga Ury, y perdona que te diga amiga pero es que por aquí todos los que aparecemos somos amigos, sé bienvenida, aunque yo no sea la persona más indicada para hacer de anfitrión, pues soy el penúltimo en llegar, o casi. Te digo que me alegra mucho que te gusten nuestros escritos y espero que continúes apareciendo por aquí, ya como escritora, ya como lectora, aunque piensa también que a los que tenemos la suerte de, por un motivo u otro, escribir aquí, también nos gusta ver que hay lectores, y por ello te agradecería que, además de leer y aunque sea de vez en cuando, nos digas que estás por aquí, con nosotros, y solamente con eso nos conformamos. Si además escribes algo, pues el no va más. Yo no soy de Sabiote, soy un granadino que vive en Logroño, pero viví 3 maravillosos años en el pueblo y le guardo un cariño muy grande, pero como dije antes, aquí nos juntamos “las personas que (están) unidas por un vínculo común en mayor o menor grado que es el pueblo y sus habitantes”. De corazón, sé bienvenida.
Y otra cosa que me gustaría aclarar. Un lector me dice que en mi último “recuerdo”, en el que hablo de mi amigo Esteban, puede que se de un error de interpretación quizá debido a mi mala redacción y a la costumbre de no releer los escritos antes de publicar. Después de revisar el recuerdo llego a la conclusión de que tiene razón. Donde dice: “pero sobre todo recuerdo las tardes, y en concreto las del crudo invierno en que, desde el coche y mientras la nieve ocultaba el interior, Esteban salía y me llevaba dos copas. La música sonaba dulce en aquella cabina blanca en la que me encontraba, en la que no hacía frío, en la que se condensaba toda la paz y toda la felicidad del mundo. Y al rato volvía Esteban. Y la vida y la felicidad continuaban en aquél coche cubierto por la nieve.” Esto se refiere a que yo estaba acompañado en el automóvil de una tercera persona y Esteban salía del pub y nos traía dos copas, y al rato volvía Esteban y nos traía (a la otra persona) y a mí otras dos copas. Espero haber “desfecho el entuerto”.
En otro orden de cosas, anoche, jueves, vi una película titulada “Casa de arena y niebla”, en la que, entre otras cosas, se observa cómo uno de los protagonistas, el coronel, conserva sus tradiciones y cultura 20 años después de haber emigrado como refugiado a USA tras la caída del Sha Rezza Pahlevi en Irán. Esto me lleva a pensar que todos (o casi todos) los pueblos conservan su cultura cuando emigran a otros lugares, y están orgullosos de ella, y la inculcan a sus hijos, y aunque acepten las tradiciones del nuevo lugar, no olvidan las suyas propias. Los ingleses, incluso, crean sus propios bares. En Málaga tienen cinco centros, únicos de momento en España, con ropa producida en las islas británicas, como por ejemplo el Duns Store en Torre del Mar, en el centro comercial El Ingenio (lo recomiendo, ropa de calidad a precio exagerado de económico). Los escandinavos crean colonias-urbanizaciones en las que viven según sus costumbres y consumen sus productos tras crear hasta comercios de alimentación, ropa, útiles, etc. De los paquistaníes, magrebíes, gitanos, etc. no digamos ¿Qué les venden a los andaluces en Cataluña? Recuerdo las primeras elecciones municipales en Barcelona y el slogan “Como somos mayoría, lo queremos de Almería” ¿Y en Euskadi? Mejor lo dejamos para otro momento.
Venga, os dejo por hoy. Un abrazo a tod@s.
P. S. Después de escribir el mensaje quizás más largo de los que he escrito nunca, me voy al bar de abajo a tomarme un vinito rioja (crianza, por supuesto) a vuestra salud. Va por ustedes.
El año 2001 celebramos los antiguos compañeros del colegio Marista de Granada los 25 años de la conclusión de nuestro bachillerato; hacía nada más y nada menos que 25 años que habíamos acabado el COU y tras pasar la Selectividad, nos enfrentábamos a la Universidad, ese descomunal reto que a todos nos producía pavor. Para la ocasión, abrimos una cuenta en una entidad bancaria y todos, una vez localizados, efectuamos un ingreso de 17.000 pesetas con las que pagar el almuerzo, la cena, las 3 pilingüis brasileñas que nos la amenizaron, los regalos y la camiseta promocional estampada.
Con algunos compañeros el contacto fue continuado durante estos años, pero con otros a los que se había perdido la pista, pues qué decir: una alegría enorme volverlos a encontrar. En la comida nos dispusieron en mesas circulares por grupos, y nosotros nos fuimos sentando en ellas según nuestras afinidades personales. En un momento dado, un compañero sugirió que echaba de menos el colegio, que siempre lo había recordado y se emocionaba mucho cuando memorizaba el patio, los jardines, los campos de deportes (sí, literal, los campos de deportes que antes había en todos los colegios que estaban ubicados en el interior de las ciudades y que la especulación había eliminado hasta un par de pistas de basket, que ocupaban menos).
Yo, que tengo por oficio discrepar (el garbanzo negro Damián), le dije que era cuestión de opiniones, que a mí, quien me había hecho sonreir y emocionarme durante estos años había sido el recuerdo de mis compañeros, que había llorado por los que fallecieron hacía unos años, y que mi vínculo con la juventud lo establecía mediante el recuerdo de mis compañeros, las personas, y no el lugar. En verdad, yo pienso que en cualquier otro colegio o en cualquier otro lugar, de coincidir con aquellos compañeros, hubiera vuelto a ser feliz. Y con aquella edad…
Valga esto como introducción para dirigirme al amigo Verain. A mí me da la impresión (vuelvo a decir que es cuestión de opiniones), de que nuestro amigo está esperando a ver si somos capaces de llevar este foro a un largo y fructífero caminar por nosotros solos, y me va a permitir que le diga que lo importante de este foro no es el foro en sí, sino las personas que, unidas por un vínculo común en mayor o menor grado que es el pueblo y sus habitantes, participan en él, ya como escritores, como lectores. Y lo echamos de menos, igual que a los demás que aparecen de vez en cuando, como el Guadiana, como yo mismo, como el Forastero, que últimamente escribe menos. Un lugar como este acaba por conseguir un alma propia, pero que es la suma de las almas que a él se acercan, y si alguna se le pierde en el camino, pues ya no es el mismo alma. Verain, ¿ANDANDARÁS?
Y ahora, amiga Ury, y perdona que te diga amiga pero es que por aquí todos los que aparecemos somos amigos, sé bienvenida, aunque yo no sea la persona más indicada para hacer de anfitrión, pues soy el penúltimo en llegar, o casi. Te digo que me alegra mucho que te gusten nuestros escritos y espero que continúes apareciendo por aquí, ya como escritora, ya como lectora, aunque piensa también que a los que tenemos la suerte de, por un motivo u otro, escribir aquí, también nos gusta ver que hay lectores, y por ello te agradecería que, además de leer y aunque sea de vez en cuando, nos digas que estás por aquí, con nosotros, y solamente con eso nos conformamos. Si además escribes algo, pues el no va más. Yo no soy de Sabiote, soy un granadino que vive en Logroño, pero viví 3 maravillosos años en el pueblo y le guardo un cariño muy grande, pero como dije antes, aquí nos juntamos “las personas que (están) unidas por un vínculo común en mayor o menor grado que es el pueblo y sus habitantes”. De corazón, sé bienvenida.
Y otra cosa que me gustaría aclarar. Un lector me dice que en mi último “recuerdo”, en el que hablo de mi amigo Esteban, puede que se de un error de interpretación quizá debido a mi mala redacción y a la costumbre de no releer los escritos antes de publicar. Después de revisar el recuerdo llego a la conclusión de que tiene razón. Donde dice: “pero sobre todo recuerdo las tardes, y en concreto las del crudo invierno en que, desde el coche y mientras la nieve ocultaba el interior, Esteban salía y me llevaba dos copas. La música sonaba dulce en aquella cabina blanca en la que me encontraba, en la que no hacía frío, en la que se condensaba toda la paz y toda la felicidad del mundo. Y al rato volvía Esteban. Y la vida y la felicidad continuaban en aquél coche cubierto por la nieve.” Esto se refiere a que yo estaba acompañado en el automóvil de una tercera persona y Esteban salía del pub y nos traía dos copas, y al rato volvía Esteban y nos traía (a la otra persona) y a mí otras dos copas. Espero haber “desfecho el entuerto”.
En otro orden de cosas, anoche, jueves, vi una película titulada “Casa de arena y niebla”, en la que, entre otras cosas, se observa cómo uno de los protagonistas, el coronel, conserva sus tradiciones y cultura 20 años después de haber emigrado como refugiado a USA tras la caída del Sha Rezza Pahlevi en Irán. Esto me lleva a pensar que todos (o casi todos) los pueblos conservan su cultura cuando emigran a otros lugares, y están orgullosos de ella, y la inculcan a sus hijos, y aunque acepten las tradiciones del nuevo lugar, no olvidan las suyas propias. Los ingleses, incluso, crean sus propios bares. En Málaga tienen cinco centros, únicos de momento en España, con ropa producida en las islas británicas, como por ejemplo el Duns Store en Torre del Mar, en el centro comercial El Ingenio (lo recomiendo, ropa de calidad a precio exagerado de económico). Los escandinavos crean colonias-urbanizaciones en las que viven según sus costumbres y consumen sus productos tras crear hasta comercios de alimentación, ropa, útiles, etc. De los paquistaníes, magrebíes, gitanos, etc. no digamos ¿Qué les venden a los andaluces en Cataluña? Recuerdo las primeras elecciones municipales en Barcelona y el slogan “Como somos mayoría, lo queremos de Almería” ¿Y en Euskadi? Mejor lo dejamos para otro momento.
Venga, os dejo por hoy. Un abrazo a tod@s.
P. S. Después de escribir el mensaje quizás más largo de los que he escrito nunca, me voy al bar de abajo a tomarme un vinito rioja (crianza, por supuesto) a vuestra salud. Va por ustedes.