De la Prehistoria,
Santa Elena, tiene testimonios excepcionales, un conjunto de pinturas rupestres, esquemáticas y seminaturalistas, localizadas en abrigos de la zona, entre los que destacan las de la
Cueva de "
Vacas del Retamoso", en el paraje de los
Órganos, y las de la "Cueva del
Santo".
En tiempo de los Iberos se encontraba en las inmediaciones de Santa Elena uno de sus grandes centros de culto, el
Santuario del Collado de los
Jardines, en el que aparecieron una gran cantidad de exvotos ibéricos (pequeñas estatuillas que se ofrecían a los dioses). En la zona superior de este asentamiento, sobre una meseta, hay un amplio conjunto de estructuras que debieron formar un poblado tanto en época ibérica, como en la
romana y
medieval.
De la edad media el acontecimiento más destacado es la batalla de las
Navas de Tolosa, en la que el califa Al-Nasir con su inmenso
ejército almohade estableció su campamento en Santa Elena. La gran batalla tuvo lugar el 17 de julio de 1212, con la victoria del ejército de Alfonso VIII sobre los almohades. En Santa Elena se levantó una
Iglesia para custodiar la
Cruz a la que se atribuyó el milagro de la victoria de las tropas cristianas, y que fue del arzobispo de
Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada. La victoria de las tropas cristianas se conoce con el nombre de "Triunfo de la Santa Cruz", y ningún nombre mejor para
bautizar esta iglesia que el de Santa Elena, madre del emperador Constantino, y que tan vinculada estuvo al símbolo cristiano.
En este mismo lugar se fundo en pleno siglo XVIII una de las Nuevas Poblaciones de
Sierra Morena, proyecto promovido por Carlos III y ejecutado por Pablo de Olavide.
La nueva población tomó el nombre de la Iglesia, aunque debido al estado de
ruina de la misma, en 1793, reinando Carlos IV, la mandó demoler y edificar sobre ella otra nueva de tipo colonial.
De la Prehistoria, Santa Elena, tiene testimonios excepcionales, un conjunto de pinturas rupestres, esquemáticas y seminaturalistas, localizadas en abrigos de la zona, entre los que destacan las de la Cueva de Vacas del Retamoso, en el paraje de los Órganos, y las de la Cueva del Santo. En tiempo de los Iberos se encontraba en las inmediaciones de Santa Elena uno de sus grandes centros de culto, el Santuario del Collado de los Jardines, en el que aparecieron una gran cantidad de exvotos ibéricos (pequeñas estatuillas que se ofrecían a los dioses). En la zona superior de este asentamiento, sobre una meseta, hay un amplio conjunto de estructuras que debieron formar un poblado tanto en época ibérica, como en la romana y medieval. De la edad media el acontecimiento más destacado es la batalla de las Navas de Tolosa, en la que el califa Al-Nasir con su inmenso ejército almohade estableció su campamento en Santa Elena. La gran batalla tuvo lugar el 17 de julio de 1212, con la victoria del ejército de Alfonso VIII sobre los almohades. En Santa Elena se levantó una Iglesia para custodiar la Cruz a la que se atribuyó el milagro de la victoria de las tropas cristianas, y que fue del arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada. La victoria de las tropas cristianas se conoce con el nombre de Triunfo de la Santa Cruz, y ningún nombre mejor para bautizar esta iglesia que el de Santa Elena, madre del emperador Constantino, y que tan vinculada estuvo al símbolo cristiano. Allí también se fundó en pleno siglo XVIII una de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, proyecto promovido por Carlos III y ejecutado por Pablo de Olavide. La nueva población tomó el nombre de la Iglesia, aunque debido al estado de ruina de la misma, en 1793, reinando Carlos IV, la mandó demoler y edificar sobre ella otra nueva de tipo colonial.