Suelo visitar con cierta frecuencia en los últimos 30 años varios pueblos de la provincia de Sevilla, y Málaga, principalmente.
Son pueblos no muy grandes como el nuestro más o menos.
Los que más me atraen se llaman Gilena, y el otro la Roda de Andalucía, por este orden de preferencia, tienen 2.600 y 3.400 habitantes respectivamente.
Jornaleros casi todos del campo. Y su modus vivendi es muy parecido al nuestro.
Trabajan tanto los hombres como las mujeres en el campo.
Pero.Dios mío qué pueblos más bonitos. Principalmente el primero el más pequeño, Gilena. Gente sencilla, humilde, trabajadora, educada; su emplazamiento no es el mejor, pues no tienen sierra, no tienen mucho patrimonio histórico, ya que se fundó aproximadamente en el siglo XVIII a finales, por una condesa creo recordar, no tienen río, sus tierras son principalmente de secano, ( el olivar) y una pequeña parte de regadío, y un monte bastante pelado, es decir, con vegetación en algunos lugares, y casi pelado en otros, que no lo hace especialmente atractivo, aunque el campo todo es atractivo de una forma u otra.
Las fachadas todas son blancas, tejados de teja árabe antigua y en el zócalo de muchas de ellas ponen mármol, o bien toda la fachada blanqueada.
Es un pueblo sencillo, modesto, pero qué limpieza, que orden, que gusto, que finura y que humilde señorío.
Blanquean todos los años, y en sus ventanas hay forja en todas, bien trabajada. Las puerta de madera en relieve a cuadros, bien dibujada, o puertas antiguas, pintadas y repintadas pero límpias.
En los balcones o ventanas hay macetas de geranios etc. Yo creo que en todas.
Las aceras están todas bien perfiladas y acabadas. Las calles bien asfaltadas.
Es una maravilla.De un emplazamiento seco han consguido elaborar una joya.
Los vecinos se afanan por tener la puerta de su casa ( es decir la fachada) limpia, presentable, por que saben que eso da prestigio, infunde respeto, evidencia orden e irradia alegría, bienestar, y tantos adjetivos en esta línea como se le quieran sumar. No hay ningún zócalo de fachada con baldosas de cocina, eso si que es friki.
Tienen un solo parque parecido al nuestro no mas grande, donde fluye agua cuando hay en abundancia ya que es un manantial, perfectamente canalizado,
Pero parece un cuadro de Julio Romero de Torres. Allí se va a descansar a relajarse junto al agua a la sombre de los árboles perfectamente ubicadas, una maravilla.
A estos vecinos no hace falta que el Alcalde les diga ¡ oye tendrías que mirar de blanquear la fachada!. De ninguna manera. Son ellos mismos los que, si hay alguien, que deja un poco la fachada sin blanquear le dicen al propietario que a ver si blanquea que empieza a estar un poco sucia, y lo averguenzan en cualquier sitio, de una forma muy sutil.Pero esa fachada está blanquísima en comparación con otras de otros pueblos que conozco.
En resumen quiero decir que somos las personas, nuestra condición, nuestra forma de ser, las que damos la imagen que queremos dar.
Cómo me gustaría decir todo esto de mi pueblo.
No quiero ofender a nadie, solo cuento mi impresión contrastando dos situaciones paralelas pero totalmente diferentes.
Y lo repito, cómo me gustaría decir lo mismo de mi pueblo.
No somos conscientes de lo que tenemos. Tal vez deberíamos viajar un poco más, y salir del cascarón que ya es hora y aprender que nunca es tarde.
Ya que vivo fuera, me gustaría sentir ese placer cuando voy a mi pueblo, como el que siento cuando voy a Gilena.
Un saludo efectuoso a todos.
Son pueblos no muy grandes como el nuestro más o menos.
Los que más me atraen se llaman Gilena, y el otro la Roda de Andalucía, por este orden de preferencia, tienen 2.600 y 3.400 habitantes respectivamente.
Jornaleros casi todos del campo. Y su modus vivendi es muy parecido al nuestro.
Trabajan tanto los hombres como las mujeres en el campo.
Pero.Dios mío qué pueblos más bonitos. Principalmente el primero el más pequeño, Gilena. Gente sencilla, humilde, trabajadora, educada; su emplazamiento no es el mejor, pues no tienen sierra, no tienen mucho patrimonio histórico, ya que se fundó aproximadamente en el siglo XVIII a finales, por una condesa creo recordar, no tienen río, sus tierras son principalmente de secano, ( el olivar) y una pequeña parte de regadío, y un monte bastante pelado, es decir, con vegetación en algunos lugares, y casi pelado en otros, que no lo hace especialmente atractivo, aunque el campo todo es atractivo de una forma u otra.
Las fachadas todas son blancas, tejados de teja árabe antigua y en el zócalo de muchas de ellas ponen mármol, o bien toda la fachada blanqueada.
Es un pueblo sencillo, modesto, pero qué limpieza, que orden, que gusto, que finura y que humilde señorío.
Blanquean todos los años, y en sus ventanas hay forja en todas, bien trabajada. Las puerta de madera en relieve a cuadros, bien dibujada, o puertas antiguas, pintadas y repintadas pero límpias.
En los balcones o ventanas hay macetas de geranios etc. Yo creo que en todas.
Las aceras están todas bien perfiladas y acabadas. Las calles bien asfaltadas.
Es una maravilla.De un emplazamiento seco han consguido elaborar una joya.
Los vecinos se afanan por tener la puerta de su casa ( es decir la fachada) limpia, presentable, por que saben que eso da prestigio, infunde respeto, evidencia orden e irradia alegría, bienestar, y tantos adjetivos en esta línea como se le quieran sumar. No hay ningún zócalo de fachada con baldosas de cocina, eso si que es friki.
Tienen un solo parque parecido al nuestro no mas grande, donde fluye agua cuando hay en abundancia ya que es un manantial, perfectamente canalizado,
Pero parece un cuadro de Julio Romero de Torres. Allí se va a descansar a relajarse junto al agua a la sombre de los árboles perfectamente ubicadas, una maravilla.
A estos vecinos no hace falta que el Alcalde les diga ¡ oye tendrías que mirar de blanquear la fachada!. De ninguna manera. Son ellos mismos los que, si hay alguien, que deja un poco la fachada sin blanquear le dicen al propietario que a ver si blanquea que empieza a estar un poco sucia, y lo averguenzan en cualquier sitio, de una forma muy sutil.Pero esa fachada está blanquísima en comparación con otras de otros pueblos que conozco.
En resumen quiero decir que somos las personas, nuestra condición, nuestra forma de ser, las que damos la imagen que queremos dar.
Cómo me gustaría decir todo esto de mi pueblo.
No quiero ofender a nadie, solo cuento mi impresión contrastando dos situaciones paralelas pero totalmente diferentes.
Y lo repito, cómo me gustaría decir lo mismo de mi pueblo.
No somos conscientes de lo que tenemos. Tal vez deberíamos viajar un poco más, y salir del cascarón que ya es hora y aprender que nunca es tarde.
Ya que vivo fuera, me gustaría sentir ese placer cuando voy a mi pueblo, como el que siento cuando voy a Gilena.
Un saludo efectuoso a todos.