Es curioso que durante tantos años un
pueblo tenga el mismo alcalde. Esto a uno le da en que pensar: ¿es muy bueno el que hay?, ¿no hay nadie capaz de hacerlo mejor?, o el desinterés por la cosa pública es tal que nadie se preocupa. Y para que venga otro que ni conocemos, bueno es el que tenemos. Pensando así, a un alcalde, sea quien sea y del partido que sea, le dejan las manos libres para "mangonear" lo que quiere y a veces puede caer en la tentación de olvidar que ocupa el cargo para intentar
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