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SILES: Gracias GENITO tus escritos ayudan a recordar y ciertamente...

Queridos amigos: Dedico esta "Crónica de Siles" a todos los nostálgicos de nuestro pueblo, como son Javier Cózar, Manuel y algunos mas que no lo decís, pero que se os pone un nudo en la garganta cuando recordais cosas entrañables de Siles.

CRONICA DE SILES

En la ladera sembrado,
de tu monte Carrascal,
eres, Siles, singular;
para mí, privilegiado.

Me pareces recostado,
tendido al ardiente sol;
es tu paisaje, crisol
de colores enlazados.

Por donde quiera vayamos,
muestras a los cuatro vientos,
exquisiteces sin cuento,
que, con deleite, admiramos.

Ese paseo señorial,
que te da categoría,
es sin duda, yo diría,
lo mejor; no tiene igual.

En las noches del estío,
El Parque de la Glorieta,
es, al final del “Legio”,
inspiración de poetas.

Es delicioso sentarse,
y, en una estampa tan bella,
gusta al ente expansionarse,
contemplando las estrellas.

Otro rincón singular,
la Plaza del Agua es;
donde gusta trasnochar
y a la tertulia acceder.

Tertulia muy animada,
por lo que en ella se cuece,
ya que se da la pasada
que la actualidad merece.

Si tu emblemática plaza
durante el día se visita,
se beberá agua fresquita
y no se hallará una raza,
porque, las ramas frondosas,
le tienen prohibido al sol
asomarse en derredor;
y, en ello, son muy celosas.

A la sombra de esas ramas,
es obligado sentarse,
y, por un tiempo, olvidarse
de la vida y de sus dramas.
* * *
Y si de tu sierra hablamos,
para qué queremos más;
no me cansaré jamás
de proclamar sus reclamos:

Calarejos, Acebeas,
Cascada del Saltador,
El Puntal de la Ajedrea
-magnífico mirador-;

Puntal de Navalperal,
Navalasna, Peñalcón,
El Rayo –espectacular-
Y la Era del Boquerón;

La Laguna, Bucentáina,
Majada del Carretero,
La Fuente de la Sabina,
La Piedra del Agujero …

Almoteja, Fuente el Tejo,
Canalica, Charco Azul,
y mucho más que me dejo,
porque grandioso eres tú.

Mención especial merece
la Peña del Olivar,
que es un sitio singular,
por los servicios que ofrece.
* * *
Hablando un poco de historia,
tienes añejas murallas,
que hacen que, la mente, vaya
mas allá de la memoria,
imaginando el acoso
a que fuiste sometido,
por el rey moro, ambicioso,
Mohamad, siempre temido,
al que, el Maestre de Santiago,
que intervino en la contienda,
le hizo pasar días aciagos
y una derrota tremenda.

De aquel castillo y muralla,
de tres varas de argamasa,
confundidos con las casas,
hoy solo restos se hallan;
salvo ese Cubo grandioso,
que, cual soberbio gigante,
se levanta desafiante,
como defensor celoso.

El es, sin que se cuestione,
perenne símbolo tuyo.
¡Siles, nos llenas de orgullo,
y muchas son las razones!
* * *

Pero eso no es todo, Siles,
porque, como bien sabrás,
tú eres eso y mucho más.
Hay otras cosas sutiles
que tu carácter conforman,
que elevan tu estimación,
que, a los sileños, nos honran
y nos dan satisfacción.

Son las cosas de tus gentes,
arraigadas con los años,
que, en lo íntimo, se sienten,
y admiran propios y extraños.

Simpáticas, agradables,
amenas, acogedoras,
serviciales muy amables,
y atentas a todas horas.

Eso lo sabe muy bien,
el forastero que llega,
cuando comprueba el calor
que los sileños le entregan.

En una bella reseña,
el buen cronista Luis Bello,
ratificó todo ello,
de esta “su villa risueña”:

“En Siles –dice gozoso-,
al momento encontraría
amigos con alegría,
en un ambiente afectuoso.”

“Encontramos, como norma
de este pueblo excepcional,
su gran sensibilidad
y voluntad, que le adornan.”

Y sigue su comentario:
“Tiene un valle delicioso,
con aire puro, precioso,
y es un pueblo hospitalario.”

Aquel cronista, leído,
estas frases escribía
de ti, mi Siles querido,
a donde llegó un buen día.

Casi cien años hará,
y todo sigue vigente;
y es que, nunca cambiará
la calidad de tu gente.

Genito.

Gracias GENITO tus escritos ayudan a recordar y ciertamente se hace un nudo en la garganta. saludos