SILES: Buenos días. Eso que dices tú, María, también lo pienso...

La Severa no es mote, sino nombre. Recientemente le ha dedicado el Ayuntamiento una calle de las nuevas que se hana bierto en el antiguo Jardín de Don Gonzalo, en reconocimiento a su labor como "partera", trayendo al mundo a un montón de sileños. (A mí y a mis hijos, por ejemplo). La calle se llama "Comadrona Severa".

La Severa era un registro civil andante, se acordaba de cuándo era el cumpleaños de todo el mundo, porque se acordaba de los partos y sabía quién era pariente de quién, por muy lejano que fuera el parentesco. Un día, siendo yo chico, bajaba del muro con otro niño que había conocido en la vaca y ella nos saludó y nos dijo que éramos primos y nos lo explicó: resultó que éramos primos quintos, o sea, que la madre de su tatarabuelo y el padre de mi tatarabuelo eran hermanos.

Perdona, nicanor, acabo de darme cuenta de que he repetido lo mismo que ya había dicho plaza del agua.

Sí, he visto esa calle, muy cerca de la calle del doctor Francisco Garrido, que también participó en el complicado parto que le di a mi madre. Por cierto, que me gustó ver este verano, al lado del nuevo ayuntamiento y consultorio médico, el relieve ibérico de los leones que estaba en la casa de la plaza del agua. Es curioso, normalmente las cosas que vemos de chicos, cuando las volvemos a ver de mayores no nos parecen tan grandes como nos parecían cuando éramos pequeños. Pues a mí me ha pasado lo contrario con los leones, los recordaba mucho más pequeños.

Hablando de los leones, siempre les han dado tanta importancia que yo creía que eran una pieza auténtica de arqueología. Ahora pienso que si fueran tan importantes estarían bien guardados en algún museo. Deben de ser una cosa de estas como fuentes y figuras que venden para adornar los jardines. Tú qué crees?

Buenos días. Eso que dices tú, María, también lo pienso yo, porque además no encuentro por ninguna parte que se hable de los leones, pero, por otro lado, me hace ilusión pensar que sean de verdad ibéricos y pienso que si no tuvieran un valor histórico, el ayuntamiento no habría hecho esa pared para volver a ponerlos.
A ver si nos informa alguno de los historiadores de Siles.