Se juntan tres mujeres casadas y con los hijos ya mayores. Están cansadas de que sus maridos, de toda la vida, se reúnan para sus juergas cada Jueves; y ellas deciden hacerlo también. Hacen su comunicado a sus respectivos, y ellos con risas responden:
- ¿Donde piensan que pueden ir unas cuarentonas como ustedes? No piensan que van a enganchar algo ¿verdad?
Llega el Jueves, y los maridos por una parte se van a su juerga acostumbrada y las mujeres por otra parte empiezan su costumbre. Las señoras se pasan la noche de bar en bar, tomando copas y sin enganchar nada. Sobre la madrugada deciden regresar a casa. Por el camino de regreso, en plena autopista, una dice:
- Tengo que hacer pis.
Como saben las mujeres siempre van juntas al baño, la que conduce para el coche y todas bajan del coche a lo mismo, cerca hay unos matorrales que impiden que alguien las vea. Cuando están en plena acción de mear una dice:
- Pero si esto es un cementerio.
Todas se asustan y salen corriendo. A la mañana siguiente se reúnen sus respectivos y se preguntan unos a otros como fue la salida de sus mujeres. El primero dice:
- Mi mujer no se lo que le paso, vino toda arañada y con las bragas rotas, debió ligarse a una fiera.
El segundo dice:
- Pues a la mía le faltaba un trozo del vestido y no sabe donde lo perdió.
El tercero dice:
- Pues lo que cuentan no es nada, la mía, a parte de los arañazos, llevaba una banda de color en el pecho con la inscripción: Tus amigos de Zaragoza nunca te olvidaran.
- ¿Donde piensan que pueden ir unas cuarentonas como ustedes? No piensan que van a enganchar algo ¿verdad?
Llega el Jueves, y los maridos por una parte se van a su juerga acostumbrada y las mujeres por otra parte empiezan su costumbre. Las señoras se pasan la noche de bar en bar, tomando copas y sin enganchar nada. Sobre la madrugada deciden regresar a casa. Por el camino de regreso, en plena autopista, una dice:
- Tengo que hacer pis.
Como saben las mujeres siempre van juntas al baño, la que conduce para el coche y todas bajan del coche a lo mismo, cerca hay unos matorrales que impiden que alguien las vea. Cuando están en plena acción de mear una dice:
- Pero si esto es un cementerio.
Todas se asustan y salen corriendo. A la mañana siguiente se reúnen sus respectivos y se preguntan unos a otros como fue la salida de sus mujeres. El primero dice:
- Mi mujer no se lo que le paso, vino toda arañada y con las bragas rotas, debió ligarse a una fiera.
El segundo dice:
- Pues a la mía le faltaba un trozo del vestido y no sabe donde lo perdió.
El tercero dice:
- Pues lo que cuentan no es nada, la mía, a parte de los arañazos, llevaba una banda de color en el pecho con la inscripción: Tus amigos de Zaragoza nunca te olvidaran.