Una familia de Siles, que vivía en la calle Somera, ya cerca de la Cuesta del Colegio, que eran un hermano y una hermana, mayores, solteros, hicieron obra en su casa e instalaron un cuarto de baño. En algunas ocasiones la señora decía:
-Gracias a Dios no hemos tenido que usarlo todavía.
-Gracias a Dios no hemos tenido que usarlo todavía.
¡que bueno!