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SILES: Efectivamente, hablaba del cine Principlal, que estaba...

Este apartado en el que recordamos cosas de Siles, de antes, hace algún tiempo que no lo tocamos.
Hoy no sé por qué, me he acordado del "manojo" de personas que se formaba para sacar una entrada del cine. El que lograba agarrarse a la reja de la ventana donde la Agustina la taquillera se ponía para venderlas, no se soltaba por muchos "apretujones" que recibiera; aquello los sábados y domingos era digno de ver. ¿Os acordais? Ahora lo pienso y me llama la atención que no hubiera nadie capaz de organizarnos en fila.
Luego, cuando entrábamos y y viendo la película, se cortaba la cinta, de lo viejas que eran las que traían, nos liábamos a patalear en el "gallinero", que como era de madera producía un enorme ruido, hasta que se reanudaba, gritando ¡venga cine! ¡venga cine!, hasta que José Ramón, el dueño, se colocaba en el patio de butacas y mirando hacia arriba, donde estábamos, gritaba: ¡Sois mulos!, ¡sois mulos!.
Por su parte, Don Juan el cura, decía en la Iglesia: ¡Sois como los borregos!; Y los chiquillos, que hacíamos un chiste de cualquier cosa, decíamos: José Ramón nos dice mulos, Don Juan, borregos, ¿a quién hacemos caso!

Os animo a que contéis cosas que recordéis, para darle vida al foro.

Saludos a todos.

Estás hablando no del cine del final del paseo, sino del que ahora es un aparcamiento, ¿verdad? ¿Se llamaba cine Principal? Sólo tengo recuerdos vagos de ese cine. Sin embargo tengo recuerdos muy vívidos del cine San Roque, que estuvo donde ahora está el mercado (por cierto, ¿qué había allí antes, eran huertos o había alguna casa?) y, por supuesto del cine del paseo. Tengo entendido que hubo más cines en Siles, como, por ejemplo, uno cerca del paseo, por la calle Ladera.

Efectivamente, hablaba del cine Principlal, que estaba frente al cuartel de la Guardia Civil.
Hubo otro en el Paseo, que se llamaba Progreso; el de verano de ahora y otro de verano que hubo en la calle Calvario (cerca de la Pensión Cruz). Y también estuvo, claro, el cine San Roque, que hicieron donde hoy está el Mercadoi, que antes era parte de los huertos que había por allí.

Cuando estaban haciendo éste, uno de los accionistas, que era Francisco el Requeté, abuelo de Vidal, a los que entraban a ver la sala les decía: Venid. Los llevaba al centro y daba varias palmadas, diciendo: ¿Veis? No hay resonancia.

Los chiquilos, que se quedaban con todo, cogieron por estribillo esa frase: "No hay resonancia". Ya sabéis que lo que se decía aquí era: No retumba.