Supongo que algunos de vosotros os acordareis de Severiano y la Eduvigis (Eduviges le decían), que era un matrimonio de gitanos de Siles. Tenían un hijo que le llamábamos Fanegas, y estaba en la mili cuando las inundaciones de Valencia.
Para trabajar en aquel tinglado de las inundaciones, movilizaron al ejército, y Fanegas, en lugar de currelar, desertó y abandonó el ejército.
Cuando les comunicaron a los padres la noticia, sacaron el taxi de Perenales y se fueron a enterarse de mas noticias sobre su hijo, a un pueblo de la Mancha, donde tenían algunos familiares.
Contaba Perenales que fueron para allá bastante callados, y en cambio, para acá vinieron tan contentos, diciéndole alguna vez que pusiera la radio. Perenales, hasta algún tiempo después no supo el motivo del viaje.
Resultó que desde Valencia se había ido a ese pueblo, buscando a sus familiares, y allí estaba cuando los padres llegaron. Estuvo muchos años sin asomar por Siles, para que la Gardia Civil no lo pescara. Ahora, alguna vez lo he visto por aquí, una vez que su delito ha prescrito ya.
Pues bien; una vez fué la madre, la Eduviges, al Ayuntamiento a algún tramite, y empezó a enumerar a todos sus hijos, que tenia unos pocos, y dijo: "He tenido tantos hijos: Mi fulanito, mi menganito, mi cetanito..., "y el que se murió en la riá". Y se quedó tan pancha.
Saludos, amigos.
(Si echais de menos a Silvia, no os preocupeis, lleva una temporada sin internet. Volverá en cuanto pueda.)
Para trabajar en aquel tinglado de las inundaciones, movilizaron al ejército, y Fanegas, en lugar de currelar, desertó y abandonó el ejército.
Cuando les comunicaron a los padres la noticia, sacaron el taxi de Perenales y se fueron a enterarse de mas noticias sobre su hijo, a un pueblo de la Mancha, donde tenían algunos familiares.
Contaba Perenales que fueron para allá bastante callados, y en cambio, para acá vinieron tan contentos, diciéndole alguna vez que pusiera la radio. Perenales, hasta algún tiempo después no supo el motivo del viaje.
Resultó que desde Valencia se había ido a ese pueblo, buscando a sus familiares, y allí estaba cuando los padres llegaron. Estuvo muchos años sin asomar por Siles, para que la Gardia Civil no lo pescara. Ahora, alguna vez lo he visto por aquí, una vez que su delito ha prescrito ya.
Pues bien; una vez fué la madre, la Eduviges, al Ayuntamiento a algún tramite, y empezó a enumerar a todos sus hijos, que tenia unos pocos, y dijo: "He tenido tantos hijos: Mi fulanito, mi menganito, mi cetanito..., "y el que se murió en la riá". Y se quedó tan pancha.
Saludos, amigos.
(Si echais de menos a Silvia, no os preocupeis, lleva una temporada sin internet. Volverá en cuanto pueda.)
Hola, Genito me encanta estas historias que son reales, y no paro de reirme, de las ocurrencias que tiene la gente, tu tienes que tener un monto de anecdotas, pues de vez en cuando saca alguna, por que merece la pena. saludos.