SILES: ¡Qué bien lo cuentas! Se imagina uno perfectamente...

después de pasar unos días en mi querido siles, y ya de vuelta al trabajo.
me vengo con el amargor de ver como el pueblo parece que cada día valla peor.
falta de proyectos para crear puestos de trabajo, que los jóvenes y los no tan jóvenes tenga que emigrar, descuidado no hay nada mas que darse una vuelta por sus calles y plazas, el alumbrado del paseo en sus ultimo tramo o la glorieta, con farolas y balizas que hace años que están rotas y nadie se preocupa de reparar, y tantas calles.
que en plenas fiestas corten el agua como quieren tener visitantes que turismo puede venir, siendo uno de los pueblos con mas recursos hidrahulicos (señores estamos en el siglo xxi y existen bombas para bombear agua de cualquier sitio) y no hay necesidad de cortar el agua
la inaguracion de las fiestas me pareció patética, mas que un día de apertura de alegría y ganas de pasarlo bien la banda de música parecía que tocaba en un funeral (horrible) señores las fiestas son alegría y folclore que no se ve por ningún sitio, eso si hay dinero para que la verbena esta tocando hasta las ocho de la mañana, aguantando a cuatro borrachos gritando y meándose en cualquier
parte donde están esas fuerzas de autoridad para poner orden (escondidas tal vez para no ser vistas) en fin hay tantas cosas por hacer que muchos gobernantes tendrían que salir del pueblo para ver como se hacen las cosas en otros sitios y darse cuenta de las prioridades del pueblo. se que tendré criticas por lo que escribo pero es lo que siento y quiero lo mejor para mi pueblo. saludos

El alumbrado es muy importante, claro, pero estos años me ha parecido que había mucha luz porque he visto menos estrellas que antes. No sé, no habría un sistema, con el cual, además, ahorraríamos, que falta hace, en electricidad, con el que, por ejemplo, las calles sólo seiluminaran cuando pasara alguien y lo la luz fuera más suave, porque me parece que nadie se pone por la noche en la calle a enhebrar agujas.

Hablando de las luces de las calles, de chica yo vivía al final del paseo y en el invierno cuando ibamos mi hermana y yo a por la leche pasabamos mucho miedo, desde la electra a la plaza de los toros solo había dos bombillas y estaban colgadas enmedio de la calle atadas a las casas de los lados. Cuanto más te alejabas de la luz más grande se veia tu sombra y llegaba un momento que te daba la sensacion de que venía alguien persiguiendote, pero si corrias era peor porque entonces parecía que te perseguian corriendo. Siempre llegabamos corriendo a la casa, abriamos la puerta de golpe y cerrabamos de un portazo. ¡qué susto!

¡Qué bien lo cuentas! Se imagina uno perfectamente el susto, lo vive. Hablando del paseo, ¿quién es el santo que está en la casa que hay pegada a donde estaba la oficina de montes?