Bueno, Pepa, la morriña y la melancolía no se pueden evitar. También puedes mirarlo de otra forma: somos ciudadanos del mundo y nos adaptamos a todos los lugares donde vivimos. Somos igual para un roto que para un descosio. En cada momento se disfruta lo que se tiene al alcance y ya está.
Tengo que confesar que para mí es muy facil, me trajeron a Siles cuando tenía 5 años y he faltado pocas veces del pueblo.
Tengo que confesar que para mí es muy facil, me trajeron a Siles cuando tenía 5 años y he faltado pocas veces del pueblo.