Aclamemos a la Mártir invicta
Refulgente de luces divinas
Aclamemos a la gran heroina
En su
altar colmado de
flor.
Anhelante de latidos sacros
Se difunde la gloria en el
cielo
Y a la
sombra del místico velo
Brota el himno del fiel corazón.
Brillas en el Paraíso
Coronada de victoria;
Oh
Santa Agueda, la gloria
Por nosotros ruega desde allí.