De aquí proviene el Homo-soriguelensis, aficionado en imitar la personalidad villanovensi, invadir como hurracas las inversiones industriales(veáse el caso de la embotelladora de agua), a tener miramientos en Gútar, ser devotos de la virgen de La Fuensanta, nadar en el mismo Charco y cruzar por el mismo puente.¡ Qué horror¡.