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SORIHUELA DEL GUADALIMAR: Vivió en época incierta, según un martirologico a úlltimos...

Vivió en época incierta, según un martirologico a úlltimos del siglo II en España, la leyenda de hace hija de un noble gallego, pagano, llamado Lucio Catelio, presidente de Galicia y Portugal. Su esposa era Calsia, con ella tuvo 9 hijas de un parto. Admirada Calsia de tan prodigioso parto, quiso que a todas les quitaran la vida, para que su esposo no juzgase su honestidad. Por lo cuál ordenó a la partera que las echase al río. Pero la divina providencia lo dispuso de otra suerte, pues llevándolas a una vecina aldea, la partera misma, las crió, a las que puso por nombres: Genivera, Liberata, Victoria, Eumelia, Germana, Gerna, Marsia, Basilia y Quiteria.
Vinieron después por divina disposición a se conocidas de sus padres y recibidas en su casa como hijas. Donde un día estando en oración Quiteria, se la apareció un ángel que le dijo: "Dichosa y bienaventurada tú, que mereciste hallar gracia delante de Dios, para que te haya escogido por esposa. De su parte vengo a decirte que es su voluntad, vivas algún tiempo solitaria en el monte Oria, donde te ejercitarás en oración y contemplación". La Santa doncella obedeció al punto, y siguiendo al ángel llegó con él al dicho monte, donde vivió algún tiempo gozando divinos coloquios de su esposo Jesús, visitada de ángeles y sustentada por ellos. Tanto que ya temía si la ordenarían que dejase aquella celestial vida, como sucedió, pues al poco tiempo se la mandó volver a casa de su padre, el cual estaba muy preocupado por no saber lo que de ella había sido. La recibió alegre y decidió casarla. Ella, sin determinar su futuro, se retiró a orar y pedir a Dios que la librase del peligro en que su padre la quería poner de perder su virginidad. Este le envió un ángel que la consoló y dijo que no temiese y se dispusiese a salir otra vez de casa de su padre, pero que había de llevar compañía, conforme a su estado, e hija de quien era, y pasase a la ciudad de Aufragia, en donde Dios tenía determinado que recibiese la corona del martirio.
La santa doncella escogió un número de varones como de mujeres de la casa de su padre. Salió con ellos y se fue a la ciudad de Aufragia, donde era Señor Lentiano, idólatra. Tuvo con él Quiteria, diverso coloquios y aunque del principio él la trató ásperamente, al fin, convenció de sus prudentísimas razones, vino a convertirse a Jesucristo y hacerse cristiano.
Luego que el padre de Santa Quiteria supo de la ida de su hija, lo sintió mucho, no sabía a que atribuirlo, porque tenía de ella tanta confianza, que pensaba, que con alguna de sus hermanas o de sus deudos, iba a entretenerse. Pero saliendo al camino que ahora llevaba, la gente que la acompañaba y el efecto que había hecho de convertir a la fe de Jesucristo a Lentiano, siendo él pagano, muy enojado mando a un caballero principal de su casa, llamado Germano, con quién tenía concertado casarla, que fuese a buscarla con gente bien prevenida, y hallada le quitase la vida. Así como lo ordenó el cruel padre, se puso en camino, y hallándola en un monte, allí le cortaron la cabeza. Después de degollarla dicen que la Santa tomó su misma cabeza en sus manos, y fue con ella un largo espacio de camino, hasta una ciudad cercana, donde paró y allí fue sepultada como cristiana. Fue su martirio el 22 de mayo.