La política volvió a dividir a las personas. Pasó en todos sitios y también aquí. Estamos de acuerdo en que es una pena. Pero sirve para distinguirnos de los demás cuando somos en todo iguales. Habría que recuperar de nuevo las tertulias de las mujeres vecinas haciendo punto, cosiendo, bordando... O las trasnochadas viendo la tele del vecino a través de la ventana, etc.