Ermita de la Virgen del Campo. Cuenta la leyenda que un pastor de Torres encontró una imagen de la virgen en un lugar, límite con el término municipal de Génave, junto a un manantial de agua. Los genaveros intentaron varias veces llevársela a su pueblo, pero la imagen siempre volvía al sitio donde la había encontrado el pastor. Por ello, se decidió hacerle una ermita, para que se quedase en ella definitivamente.
La actual construcción data del siglo XX, siendo de una nave, a dos aguas, con una pequeña espadaña. En este sitio, situado a 1120 metros de altitud, a los pies del cerro medieval de la Atalaya, hoy conocido con el nombre de El Picarzo (1296 m.), se concentran peregrinos venidos de Torres y de otros pueblos de los alrededores para celebrar la subida y la bajada de la imagen, en mayo y septiembre, respectivamente ("Los ochos de Torres"). Durante los meses de mayo a septiembre, acuden personas caminando desde el pueblo y desde la cercana aldea de Fuente Carrasca, para rezarle a la Virgen.
Junto a la ermita se encuentra un manantial, cuyas aguas, en tiempos recientes, eran llevadas al pueblo, antes de que se subiesen las del Cortijo del Moracho.
La actual construcción data del siglo XX, siendo de una nave, a dos aguas, con una pequeña espadaña. En este sitio, situado a 1120 metros de altitud, a los pies del cerro medieval de la Atalaya, hoy conocido con el nombre de El Picarzo (1296 m.), se concentran peregrinos venidos de Torres y de otros pueblos de los alrededores para celebrar la subida y la bajada de la imagen, en mayo y septiembre, respectivamente ("Los ochos de Torres"). Durante los meses de mayo a septiembre, acuden personas caminando desde el pueblo y desde la cercana aldea de Fuente Carrasca, para rezarle a la Virgen.
Junto a la ermita se encuentra un manantial, cuyas aguas, en tiempos recientes, eran llevadas al pueblo, antes de que se subiesen las del Cortijo del Moracho.