Ubicado frente a la iglesia de San Pedro, fue construido en torno al 1889 y regala a la plaza de San Pedro un aspecto romántico que nos traslada a una época que poco tiene que ver con el dorado de los edificios renacentistas de Úbeda. Se integra perfectamente en el entorno y le da una personalidad especial. Antepasados judeoconversos de los Orozco, originarios de Vizcaya, participaron en la conquista de Úbeda junto a Fernando III. El arquitecto del palacio permanece en el anonimato. La fachada, construida en ladrillo recubierto de estuco, tiene influencias del Art Nouveau francés y belga, como puede apreciarse en la decoración floral y las formas curvilíneas, destacando la utilización de mármol blanco en las balaustradas.
Estructuralmente la fachada presenta dos cuerpos desiguales. Sobre un basamento y un ático, exhibe tres calles verticales, la central más ancha que las laterales, delimitadas con pilastras de orden toscano en el primer cuerpo y jónico en el segundo.
En la parte central del primer cuerpo se dispone la puerta de entrada, enmarcada en un arco carpanel moldurado cuya clave está decorada con volutas y hojas carnosas. En los laterales de la puerta se sitúan dos grandes ménsulas decoradas con volutas y decoración vegetal sobre las que descansa el balcón central del segundo cuerpo. En los laterales se acomodan las ventanas, grandes arcos carpaneles moldurados que repiten el motivo decorativo de la clave de la puerta principal.
El segundo cuerpo es el doble de alto que el primero. La calle central contiene un balcón adintelado con clave decorada y delimitado con una balaustrada de mármol. En las calles laterales se disponen ventanas con arcos carpaneles y decoración de guirnaldas en sus claves. Sobre cada ventana, ojos de buey decorados con molduras semicirculares, clave vegetal y placas en recorte.
El ático de la fachada, tiene en la calle central un arco carpanel con ménsula decorada y balaustres, subdividido en tres partes mediante pilares. En los extremos aparecen pilastras toscanas de fuste liso, dispuestas en línea con las pilastras inferiores. Se remata el edificio con una balaustrada, complementado la zona del ático con cráteras de terracota dispuestas de forma alternada.
El interior presenta un patio central de columnas de hierro fundido, sobre las que voltean arcos de medio punto. En el piso superior se dispone una galería con arcos de herradura polilobulados.
Este palacio fue determinante en la génesis del argumento de «Beatus Ille», la primera novela de uno de nuestros ubetenses más queridos, Antonio Muñoz Molina.
Actualmente está cerrado y no vive nadie. Su fachada fue restaurada recientemente.
Estructuralmente la fachada presenta dos cuerpos desiguales. Sobre un basamento y un ático, exhibe tres calles verticales, la central más ancha que las laterales, delimitadas con pilastras de orden toscano en el primer cuerpo y jónico en el segundo.
En la parte central del primer cuerpo se dispone la puerta de entrada, enmarcada en un arco carpanel moldurado cuya clave está decorada con volutas y hojas carnosas. En los laterales de la puerta se sitúan dos grandes ménsulas decoradas con volutas y decoración vegetal sobre las que descansa el balcón central del segundo cuerpo. En los laterales se acomodan las ventanas, grandes arcos carpaneles moldurados que repiten el motivo decorativo de la clave de la puerta principal.
El segundo cuerpo es el doble de alto que el primero. La calle central contiene un balcón adintelado con clave decorada y delimitado con una balaustrada de mármol. En las calles laterales se disponen ventanas con arcos carpaneles y decoración de guirnaldas en sus claves. Sobre cada ventana, ojos de buey decorados con molduras semicirculares, clave vegetal y placas en recorte.
El ático de la fachada, tiene en la calle central un arco carpanel con ménsula decorada y balaustres, subdividido en tres partes mediante pilares. En los extremos aparecen pilastras toscanas de fuste liso, dispuestas en línea con las pilastras inferiores. Se remata el edificio con una balaustrada, complementado la zona del ático con cráteras de terracota dispuestas de forma alternada.
El interior presenta un patio central de columnas de hierro fundido, sobre las que voltean arcos de medio punto. En el piso superior se dispone una galería con arcos de herradura polilobulados.
Este palacio fue determinante en la génesis del argumento de «Beatus Ille», la primera novela de uno de nuestros ubetenses más queridos, Antonio Muñoz Molina.
Actualmente está cerrado y no vive nadie. Su fachada fue restaurada recientemente.