No soy del
pueblo, pero mis padres si lo son, y cuando voy a Valdepeñas me siento como en mi
casa, todo el mundo te saluda. Además cada una de las
excursiones que se pueden hacer por los alrededores son únicas e irrepetibles, y te cargan las
pilas para varias semanas. En definitiva, Valdepeñas es un pueblo con encanto, y si fuera mujer, sería el amor de mi vida y de mis sueños. Espero que os enamoréis también.