En el término de
Vilches se han inventariado cerca de un centenar de yacimientos arqueológicos.
En la Edad del Bronce, II milenio a C, la consolidación de la actividad metalúrgica en
Sierra Morena y las fértiles tierras de su entorno, posibilitaron la aparición de pequeños poblados, algunos fortificados, situados en lugares estratégicos, como los de Cañada de Malabrigo, Giribaile o Cerro del Salto.
En la etapa ibérica, a partir de los siglos VII y VI a C, uno de los asentamientos de la edad del bronce, Giribaile, alcanzó mayor relevancia, debido a la colonización del mismo promovida desde Cástulo, capital de la Oretania, con la finalidad de controlar los centros metalúrgicos. El poblado de Giribaile, con tamaño superior a 22 Ha., presenta un trazado urbanístico definido por
calles y
casas de planta cuadrangular y rectangular, y áreas públicas, delimitado por una potente
muralla de trazado irregular. En sus alrededores hay tres necrópolis, una de ellas turriforme, interpretada por los investigadores como una tumba aristocrática de los siglos VI al IV a C. En una de sus laderas se encuentran las
cuevas de Espeluca que según la
tradición fueron un
santuario ibérico.
De este periodo se han inventariado un gran número de asentamientos y pequeñas fortificaciones tanto en los alrededores de Giribaile como en otros punto del término, entre ellos la primera ocupación del cerro del
castillo de la
Virgen y el recinto íbero-
romano de
San Julian.
En época
romana se identifica Vilches con Baesucci, que según una lápida, localizada en el Cerro del Castillo, en el 76 d. C. se le concedió el título de municipio por el emperador Vespasiano. En época Imperial, el término se puebla de un gran número de villas, algunas de gran tamaño como la del Cerrillo del Cuco en Santagón. Esta villa excavada recientemente, contaba con
mosaicos en las zonas nobles y alrededor de estas tenía un gran número de dependencias de almacenaje y residencia de esclavos y colonos.
En época visigoda Baesucci fue sede episcopal. Algunos investigadores apuntan a la reutilización de las Cuevas de Espeluca (Giribaile) como oratorio visigodo o mozárabe.
Fue en época islámica cuando se consolida y toma auge el actual emplazamiento de Vilches, marcado por la construcción de un castillo-fortaleza, en el cerro de la
ermita de la Virgen. Sobre el recinto íbero-romano de Giribaile se levantó otro castillo fortaleza, con enlace visual con el anterior. En su término se han inventariado varias alquerías o pequeños poblados que utilizarían ambos
castillos como
refugio.
En 1170 los almorávides controlaban el castillo de Vilches desde el que hostigaban a los almohades que controlaban el de Giribaile.
En 1209 el maestre de Calatrava don Ruy Díaz de Yanguas ganó el castillo de Vilches, pero debió de perderlo al poco, con la reacción almohade, puesto que de nuevo cayó en manos cristianas tres días después de la Batalla de la s
Navas de Tolosa. Castilla reforzó la
plaza, al tiempo que los almohades hacían lo mismo con el de Giribaile.
En 1213 el rey Alfonso VIII le concedió el Fuero de
Cuenca, así como plena propiedad sobre sus
montes y términos para que el castillo de Vílches fuera bien poblado. En 1217, por Bula del Papa Honorio III, se concedía a la Mitra de
Toledo las
iglesias de Vilches. Finalmente, Fernando III dio esta localidad a Baeza el 6 de abril de 1253.
Durante el reinado de Felipe II la localidad se vio afectada por el proceso de venta de tierras baldías, y el Consejo de Vilches presentó una serie de pruebas sobre sus derechos de propiedad de sus tierras en el año 1575.
Felipe IV la libertó de la jurisdicción de Baeza el 3 de julio de 1627 y le concedió el título de Villa.
En el término de Vilches se dibuja cerca de un centenar de yacimientos arqueológicos. En la Edad del Bronce, II milenio a C, la consolidación de la actividad metalúrgica en Sierra Morena y las fértiles tierras de su entorno, posibilitaron la aparición de pequeños poblados, algunos fortificados, situados en lugares estratégicos, como los de Cañada de Malabrigo, Giribaile o Cerro del Salto. En la etapa ibérica, a partir de los siglos VII y VI a C, uno de los asentamientos de la edad del bronce, Giribaile, alcanzó mayor relevancia, debido a la colonización del mismo promovida desde Cástulo, capital de la Oretania, con la finalidad de controlar los centros metalúrgicos. El poblado de Giribaile, con tamaño superior a 22 Ha., presenta un trazado urbanístico definido por calles y casas de planta cuadrangular y rectangular, y áreas públicas, delimitado por una potente muralla de trazado irregular. En sus alrededores hay tres necrópolis, una de ellas turriforme, interpretada por los investigadores como una tumba aristocrática de los siglos VI al IV a C. En una de sus laderas se encuentran las cuevas de Espeluca que según la tradición fueron un santuario ibérico. En época romana se identifica Vilches con Baesucci, que según una lápida, localizada en el Cerro del Castillo, en el 76 d. C. se le concedió el título de municipio por el emperador Vespasiano. En época Imperial, el término se puebla de un gran número de villas, algunas de gran tamaño como la del Cerrillo del Cuco en Santagón. Esta villa excavada recientemente, contaba con mosaicos en las zonas nobles y alrededor de estas tenía un gran número de dependencias de almacenaje y residencia de esclavos y colonos. En época visigoda Baesucci fue sede episcopal. Algunos investigadores apuntan a la reutilización de las Cuevas de Espeluca (Giribaile) como oratorio visigodo o mozárabe. Fue en época islámica cuando se consolida y toma auge el actual emplazamiento de Vilches, marcado por la construcción de un castillo-fortaleza, en el cerro de la ermita de la Virgen. Sobre el recinto íbero-romano de Giribaile se levantó otro castillo fortaleza, con enlace visual con el anterior. En 1170 los almorávides controlaban el castillo de Vilches desde el que hostigaban a los almohades que controlaban el de Giribaile. En 1209 el maestre de Calatrava don Ruy Díaz de Yanguas ganó el castillo de Vilches, pero debió de perderlo al poco, con la reacción almohade, puesto que de nuevo cayó en manos cristianas tres días después de la Batalla de las Navas de Tolosa. Castilla reforzó la plaza, al tiempo que los almohades hacían lo mismo con el de Giribaile. En 1213 el rey Alfonso VIII le concedió el Fuero de Cuenca, así como plena propiedad sobre sus montes y términos para que el castillo de Vílches fuera bien poblado. En 1217, por Bula del Papa Honorio III, se concedía a la Mitra de Toledo las iglesias de Vilches. Finalmente, Fernando III dio esta localidad a Baeza el 6 de abril de 1253. Durante el reinado de Felipe II la localidad se vio afectada por el proceso de venta de tierras baldías, y el Consejo de Vilches presentó una serie de pruebas sobre sus derechos de propiedad de sus tierras en el año 1575. Felipe IV la libertó de la jurisdicción de Baeza el 3 de julio de 1627 y le concedió el título de Villa.