19 y 20 de febrero, dos días memorables para mí.
En la vida de las personas, siempre hay una fecha inolvidable en la que en buena medida, a partir de ésta, el rumbo de tu vida cambia radicalmente.
19 de febrero (domingo) de 1962, a las 22 h. partía de Vilches (en el "sevillano") con toda mi familia.
20 de febrero de 1962 a las 18.50h. (¡21 h. en tren!) arribaba a un pueblo desconocido para mí, Vilanova i la Geltrú.
Vilches, mi querido y siempre recordado pueblo que me vio nacer, siempre será la pequeña patria de mi infancia. En estos momentos me estoy emocionando... debo hacer una pausa... porque se me están saltando las lágrimas....
La primera etapa de la vida, la infancia; nunca se olvida y en buena parte determina, sobre manera, tu futura forma de ser.
En Vilanova i la Geltrú he vivido 48 años de mi vida, en todo este tiempo ha nevado poco, pero ha llovido mucho. Para mí siempre será el pueblo de mi adolescencia, de mi juventud y ahora de mi madurez.
Ahora, cuando voy a Vilches, me encuentro como en mi casa, recorro las calles y el "barrio" donde jugaba de niño, simulo el recorrido que hacía para ir a la escuela, visito a mi familia y a los amigos de mi infancia, ¡y cómo no!, hacemos la "postura". Y, aunque soy un acérrimo e incurable ateo, me emociono cuando voy a visitar la ermita de la Virgen del Catillo, porque recuerdo mi niñez.
Pero, ¡ay!, cuando de nuevo vuelvo a mi Vilanova, vuelvo a mi otra parte de mi corazón.
Por esa razón, todas aquellas personas que, en aquellos u otros años, tuvimos que partir de nuestro pueblo natal tenemos, nunca mejor dicho, el corazón "partío".
Bueno, lo dejo aquí, porque pienso que me estoy haciendo el pesado, y en cierto modo, un tanto nostálgico.
Un abrazo muy fuerte para todos los paisanos de este foro.
En la vida de las personas, siempre hay una fecha inolvidable en la que en buena medida, a partir de ésta, el rumbo de tu vida cambia radicalmente.
19 de febrero (domingo) de 1962, a las 22 h. partía de Vilches (en el "sevillano") con toda mi familia.
20 de febrero de 1962 a las 18.50h. (¡21 h. en tren!) arribaba a un pueblo desconocido para mí, Vilanova i la Geltrú.
Vilches, mi querido y siempre recordado pueblo que me vio nacer, siempre será la pequeña patria de mi infancia. En estos momentos me estoy emocionando... debo hacer una pausa... porque se me están saltando las lágrimas....
La primera etapa de la vida, la infancia; nunca se olvida y en buena parte determina, sobre manera, tu futura forma de ser.
En Vilanova i la Geltrú he vivido 48 años de mi vida, en todo este tiempo ha nevado poco, pero ha llovido mucho. Para mí siempre será el pueblo de mi adolescencia, de mi juventud y ahora de mi madurez.
Ahora, cuando voy a Vilches, me encuentro como en mi casa, recorro las calles y el "barrio" donde jugaba de niño, simulo el recorrido que hacía para ir a la escuela, visito a mi familia y a los amigos de mi infancia, ¡y cómo no!, hacemos la "postura". Y, aunque soy un acérrimo e incurable ateo, me emociono cuando voy a visitar la ermita de la Virgen del Catillo, porque recuerdo mi niñez.
Pero, ¡ay!, cuando de nuevo vuelvo a mi Vilanova, vuelvo a mi otra parte de mi corazón.
Por esa razón, todas aquellas personas que, en aquellos u otros años, tuvimos que partir de nuestro pueblo natal tenemos, nunca mejor dicho, el corazón "partío".
Bueno, lo dejo aquí, porque pienso que me estoy haciendo el pesado, y en cierto modo, un tanto nostálgico.
Un abrazo muy fuerte para todos los paisanos de este foro.