me han gustado las fotos es todo un reportaje yo tambien pondre alguna y la casa de Trini es todo un detalle que a ella le habra gustado, cuando he visto las del puente se me ha venido a la memoria cuando dormian alli los gitanos, y nos gustaba ir a ver lo que comian y como vivian a veces se peleaban y todos nosotros si el asunto se ponia feo saliamos corriendo pero pronto volviamos otra vez, los dias que estaban alli los gitanos ellos eran la diversión de lo niños, estas historias a los jovenes de ahora les parece adsurda pero en aquella época en villalobos apenas habia 2 ó 3 teles y poco mas, los niños jugando en la calle, cogiendo ranas y cangrejos en el rio y asi pasabamos el tiempo que no estabamos en la escuela, y hablando de la escuela me acuerdo cuando nos daban leche en polvo a mi me gustaba, el primer coche creo que fue el de mi padre que se arrancaba con una manivela, bueno esta noche estoy mas lucida y se me vienen mas historias a la cabeza, el labadero era otro punto muy apetecible cuando ya fuimos un poquito mas mayores alli se comentaba lo que pasaba, por ejemplo si habia algun novio nuevo como ahora el "HOLA" ya termino por hoy que me estoy haciendo un poco pesada un saludo, espero respuesta
Si ese lavadero hablara, escribiríamos varios libros de historias y leyendas, unas de amor y otras humor.
Una de ellas es que cuando se construyó, se hizo en un lugar que era el punto de mira de cuantos frente al mismo era el punto de encuentro para tomar un refrigerio o echar una partida.
En principio era una animación más porque la que se colocaba de espaldas al mirador del hombre mirón, no se daba cuenta de cuando frotaba la ropa sobre el pilón, a veces se inclinaba par llegar al fondo y darle el enjuague o remojón, también le acompañaba la subida de la falda.
Era entonces cuando el campo de visión tomaba interés ante el ojo pícaro del que estaba en frente esperanzado descubrir algo más de una pierna, de un muslo y si podía se agachaba para ver si adivinaba el color de la prenda que algunas veces no se veía.
¡Parecía raro ver tanta expectación…,! desde el mirador….,
El invento se chafó, cuando la mujer descubrió cual era la pícara intención de aquella expectación y de aquellos ojos brillantes que como rayos de luz quería atravesar la tela y su color.
A partir de ese momento nadie se ponía de espalda solo la que llevaba pantalón o chándal.
Pero si se ponía de frente ya no estaba la de atrás y lo que se veía no era el color de la prenda interior era el color del sujetador.
¡Qué lavadero tan pícaro…..!
Ni a caso hecho lo colocaron para que fuera blanco…, que así fue como lo pintaron…
Hasta que no llegaron las lavadoras, la parte que daba al mirador tuvo que ser tapiada y así cortaron la trayectoria de esas miradas y de esa expectación. Así descansaron las lavanderas y así se tranquilizaron para lavar los trapos sucios y marrar mejor la historia que ella quiso contar.
Una de ellas es que cuando se construyó, se hizo en un lugar que era el punto de mira de cuantos frente al mismo era el punto de encuentro para tomar un refrigerio o echar una partida.
En principio era una animación más porque la que se colocaba de espaldas al mirador del hombre mirón, no se daba cuenta de cuando frotaba la ropa sobre el pilón, a veces se inclinaba par llegar al fondo y darle el enjuague o remojón, también le acompañaba la subida de la falda.
Era entonces cuando el campo de visión tomaba interés ante el ojo pícaro del que estaba en frente esperanzado descubrir algo más de una pierna, de un muslo y si podía se agachaba para ver si adivinaba el color de la prenda que algunas veces no se veía.
¡Parecía raro ver tanta expectación…,! desde el mirador….,
El invento se chafó, cuando la mujer descubrió cual era la pícara intención de aquella expectación y de aquellos ojos brillantes que como rayos de luz quería atravesar la tela y su color.
A partir de ese momento nadie se ponía de espalda solo la que llevaba pantalón o chándal.
Pero si se ponía de frente ya no estaba la de atrás y lo que se veía no era el color de la prenda interior era el color del sujetador.
¡Qué lavadero tan pícaro…..!
Ni a caso hecho lo colocaron para que fuera blanco…, que así fue como lo pintaron…
Hasta que no llegaron las lavadoras, la parte que daba al mirador tuvo que ser tapiada y así cortaron la trayectoria de esas miradas y de esa expectación. Así descansaron las lavanderas y así se tranquilizaron para lavar los trapos sucios y marrar mejor la historia que ella quiso contar.
Hola Domingo es verdad la historia del lavadero frente al mirador que cosa que historia mas picarezca. Pero el progreso que no se detiene la lavadora seguro frustraria. Otra cosa os acordais cuando por carnaval ponian los gallos y conejos al tiro. Haber si alguien tiene mas recuerdos. Ahora somos un puñado los que escribimos aqui pero son muchos mas los que leen aqui. Domingo ayer estube con el primo Luis estubimos hablando. Bueno un saludo para todos
Manuel: Sobre eso que comentas tengo un articulo escrito, sobre el carnaval, ese D. m. lo verás publicado en ese Libro que pienso publicar. He aquí un fragmento."Para el tiro al Gallo La gente del pueblo criaba sus gallos para exponerlos ante el punto de mira de escopetas en principio y de carabinas después, la intención ganar y no perder, el precio por disparo variaba según, modalidad, a la sangre o a la muerte, todo para sacar alguna rentabilidad.
Significativas eran las perchas de algunos tiradores foráneos que sobre las monturas engalanadas por los maestros guarnicioneros, cinchadas sobre las grupas de espléndidas yeguas. Sobre ellas colgaban lúcidos trofeos con los plumajes multicolores de aquellas singulares aves.
Junto al jolgorio del tiro, a escasos metros la fiesta gastronómica, -vino de la tierra-, alguno amontillado y, -las tapas de choto-, cocinadas con la mejor receta de la cocinera del lugar. Era un manjar… para los pequeños roscos de vino… roscos blancos, peladillas y avellanas.
para los mas mayores, más tarde..., empieza el baile, allí se dan cita las mozas de la comarca junto a sus madres.
Una fila de sillas alrededor del empedradao y sobre ellas sentadas como guardianes la madre que la trajo al mundo.
Allí confluían las novias con sus novios, las mozuelas y los mozuelos buscando la mejor fortuna, eran un encuentro de aldeanos y forasteros donde podían surgir nuevos flechazos.
En otra habitación contigua..., mesas repletas...., hombres a su alrededor..., en el centro..., un paño y una baraja nueva...
Todo preparado.., empieza el Juego…, finaliza al amanecer, pues es final de una fiesta…, la fiesta de Lunes de Carnaval…, o la del Domingo Piñata......."
Significativas eran las perchas de algunos tiradores foráneos que sobre las monturas engalanadas por los maestros guarnicioneros, cinchadas sobre las grupas de espléndidas yeguas. Sobre ellas colgaban lúcidos trofeos con los plumajes multicolores de aquellas singulares aves.
Junto al jolgorio del tiro, a escasos metros la fiesta gastronómica, -vino de la tierra-, alguno amontillado y, -las tapas de choto-, cocinadas con la mejor receta de la cocinera del lugar. Era un manjar… para los pequeños roscos de vino… roscos blancos, peladillas y avellanas.
para los mas mayores, más tarde..., empieza el baile, allí se dan cita las mozas de la comarca junto a sus madres.
Una fila de sillas alrededor del empedradao y sobre ellas sentadas como guardianes la madre que la trajo al mundo.
Allí confluían las novias con sus novios, las mozuelas y los mozuelos buscando la mejor fortuna, eran un encuentro de aldeanos y forasteros donde podían surgir nuevos flechazos.
En otra habitación contigua..., mesas repletas...., hombres a su alrededor..., en el centro..., un paño y una baraja nueva...
Todo preparado.., empieza el Juego…, finaliza al amanecer, pues es final de una fiesta…, la fiesta de Lunes de Carnaval…, o la del Domingo Piñata......."