Deberíamos concienciarnos en lo que éste lugar representa, el olvido, la tristeza, el dolor. Unas ventanas cerradas a la esperanza, el abrigo de personas ajenas que trabajan en silencio, la pena y la desgana de las personas que pasamos durante casi todo el año paseando por sus puertas ajenas a unos ojos que piden compañia y un poquito de ilusión. Que soledad más amigable que nos acompaña hasta el último día de nuestras vidas. Pienso que en esta residencia y alrededores faltan mas espacios arbolados para que esta respetuosa gente que son nuestros ancianos salgan a pasear y ver el último sol que alumbra sus vidas, y no tener que estar tan encerrados dentro.¡pobrecillos! Curiosa esta iglesia...