Guardo en mi retina, la imagen de una persona ya fallecida, que cuando se acercaban las fechas, como ahora, de las elecciones, carpeta en ristre, se dirigía presto a visitar a algunos “amigos” para aconsejar sobre quien debían depositar el voto. Esa imagen la guardo y nadie me la puede rebatir, porque mis ojos lo vieron así. Pero no va mi comentario hacia esa persona, que sin duda alguna, se merece todo el respeto del mundo, ya que aportó a "su pueblo” la más profunda dedicación, sin ánimo de lucro. ... (ver texto completo)