Una de las piezas aún conservadas dentro del patrimonio histórico y
artístico de
Villargordo, podemos encontrarlo en el bello ejemplo del
coro y sotocoro que se encuentra en su primitivo emplazamiento en la
Iglesia Parroquial a los pies de la nave central y que es ejemplo de lo que debió ser la primera composición de este templo en un principio como
capilla particular de la
Casa de los Villardompardo y aunque regido por clérigos costeados por los Señores de esta casa condal, esta iglesia perteneció a la
Parroquia de la Magdalena de
Jaén hasta el año 1893, donde adquiere rango propio de Parroquia independiente como así consta en el Obispado de Jaén.
Era
costumbre de las
casas de la nobleza, como los
Torres y
Portugal la construcción de
iglesias y
capillas regidas por clérigos que dirigen la propia
fábrica de la capilla y cobran los diezmos en las casas de tercia como podemos intuir por la continuidad de este nombre en una
calle cercana a la Parroquia y la existencia de un solar derruido perteneciente aún a la propiedad eclesial.
A mediados de siglo se encuentran muy avanzadas las obras de la
catedral jiennense, y se están complementado de relieves,
esculturas y
retablos de la gran mayoría de las iglesias de la diócesis entre ellas la de Villargordo.
Existe una relación de nombres conocidos de entalladores que han trabajado en relieves,
coros y retablos como Gutierre Guerrero, Esteban Jamete, Juan de Reolid y Luis de Aguilar, que trabajan conjuntamente en Baeza y Jaén.
Precisamente por similitud con otras obras el coro villargordeño debió ser dirigido por alguno de estos autores, ya que se encuentran bastantes semejanzas entre este y la sillería lateral del coro de la Colegial de Úbeda.
Aunque siempre se ha atribuido el estilo de estos coros a un estilo mudéjar, es un error artístico ya que este
arte se encuentra ya en desuso debido principalmente al fuerte movimiento renacentista existente en la provincia con gran variedad de talleres e innovadores bien influenciados por la
escuela italiana y con predominio de un estilo clasista castellano ya que el coro y su diseño se inician hacia 1560 época claramente de auge.
Podemos estilizar la obra sin duda a equivocarnos que la traza del coro corresponde a un diseño plateresco, decorado con un renacimiento puro de la época más clásica y decoraciones de gustos manieristas
El Coro en aquella época y al uso y funciones era imprescindible en las funciones de oración de os clérigos y la nobleza coincidiendo su situación casi siempre a la planta del templo.
El actual templo era de dimensiones más reducidas, coincidiendo el sotocoro casi con la situación del primitivo
retablo.
El único documento en el que basamos la época es la misma inscripción que aparece en la viga central del sotocoro y que enuncia: esta obra y capilla y
altar todo la iglesia se hizo siendo obispo de Jaén el muy ilustre y reverendísimo señor don Francisco Delgado y vicario el licenciado don Antón Minz Caraco y mayordomo Pedro de Quesada Escribano público del Arzobispado, acabose año de 1573.
El obispo D. Francisco Delgado destacó por un gusto manierista en las construcciones tanto religiosas como decorativas, nació en la villa de Pum, en
la Rioja, actual Castildelgado, provincia de
Burgos, de noble
familia, muy al gusto de la época en la que nobles son atraídos por la riqueza de la diócesis y la tranquilidad de sus Iglesias o bien atraídos por esta diócesis para alcanzar puestos superiores.
El Obispo Delgado tomó posesión en 1566, concretamente el 24 de junio manteniendo estrecha
amistad con Felipe II, a quien ayudó en la campaña contra los moriscos de la alpujarra. En 1574 tuvo el encargo de reunir en el
Monasterio de El Escorial los restos de los reyes españoles, falleciendo en el
castillo de Begijar el dos de octubre de 1576 trasladándose su cadáver a la iglesia de su
pueblo natal.
Destacar que fue canónigo de Sigüenza y
Toledo, obispo de
Lugo y Jaén dando como curiosidad nuevas constituciones sobre el uso de los coros asistiendo al Concilio de Trento.
Precisamente las nuevas constituciones sobre el uso de los coros es aplicada a esta nueva obra que se sitúa a la cabecera de la nave central de cara al retablo mayor diferenciando los coros de algunos
conventos que se sitúan en el lateral de la nave de la epístola.
También en la estructura de este coro se rige el principio de situar dos balconadas diferentes una para el ejercicio propio de los rezos y el otro separado para el
órgano y otra función como se estuvo usando en la colocación de los nobles para asistir a los actos religiosos.
Es también muy interesante la aparición del Mayordomo Pedro de Quesada Escribano publico del Arzobispado, referido al Arzobispado de
granada, dicho Mayordomo conocido por su influencia en las obras que en ese momento se realizan en Baeza, concretamente en las obras del retablo de la desaparecida iglesia del Espíritu
Santo, por lo que posiblemente podamos atribuir el diseño de este coro a la traza de Luis de Aguilar entallador natural de Segura de la
Sierra, principal tallista de final la segunda mitad de este siglo.
La inscripción se realiza en una de las vigas del coro, precisamente porque el retablo todavía no está ejecutado, afianzando más aún si cabe la teoría de que este pertenece a la escuela de los Solís, aunque por lo tardío del estilo podemos situar su ejecución al principio del S. XVII cuando es visitador de Obras del Obispado, puesto que se crea en 1591. La única referencia son las imágenes fotográficas que nos sitúan un retablo renacentista de reducidas dimensiones pero que corresponde al gusto y estilo de la época.
DESCRIPCION DE LA OBRA
El conjunto completo del coro y sotocoro se encuentra situado en la entrada que debió de ser principal de esta capilla, perpendicular a la nave central, apoyando la obra sobre el muro de la
fachada y sobre una viga principal que atraviesa longitudinalmente la nave y que descansa así mismo sobre una ampliación del muro especialmente para soportar el peso total de la obra en madera.
El coro principal tiene una medida de cinco por ocho metros, con catorce travesaños paralelos a la nave perfectamente decoradas con cenefas greco-
romanas diferentes entre sí unas de otras.
Estos travesaños descanso sobre repisas a modo de volutas todas ellas decoradas con motivos vegetales que se repiten, como vainas de cinco semillas y
flores parecidas a un tulipán terminando el tallo en roleos.
La estructura vista al público del coro da un total de quince
calles con trece
rosetones, que terminan en su centro con unas peritas talladas.
En el coro principal la estructura es de madera de roble y los motivos decorados son de haya y álamo blanco, debiendo de haber estado en un principio algunas de los motivos ornamentales con estofados o policromía por encontrarse en algunas metopas restos de la base para estas policromías.
El sotocoro se sitúa en un plano superior al coro, paralelo a la nave y en lado de la epístola. Tiene unas medidas aproximadas de cuatro con ochenta por dos metros de anchura, separado el conjunto con una
puerta abatible con cornisa de madera.
La obra debió completarse con sillería de traza sencilla que desapareció en el saqueo que sufre el templo en 1936, donde también se destruye parte de la balaustrada y debido a las fogatas que se hacía bajo estos coros es el oscurecimiento del artesanado, que no deja ver bien el trabajo de talla de la decoración.
También desaparece en este año el magnífico órgano que se situó en el sotocoro a finales del S. XIX del que queda el hueco que hubo de hacerse entre la pared y el techo para su instalación.
La balaustrada fue reparada magistralmente reproduciendo el trabajo torneado al igual que los restos que quedaron de la primitiva balaustrada.
La solería se sustituyó por un entablamento de madera de ínfima calidad que ha hecho el deterioro progresivo hasta quedar finalmente inservible su uso desde la década de los setenta.
En 1993 se realizan obras de consolidación del coro situando una estructura metálica que evita el paso sobre el conjunto de la obra pero que deja inservible el uso del sotocoro por la precaria situación de su solería.
Una obra de gran calidad y exquisitez que nos deja entrever en parte, el conjunto de lo que debió ser la traza inicial de la capilla que se construye a finales del siglo XV en Villargordo y de los que debió ser el complemento de este templo con la suma de todas sus artes decorativas.