Soy lameato pero desde hace 7 años no vivo allí, visito de vez en cuando a la familia que la tengo allí a toda por completo, y cada vez que bajo por la carretera para entrar al pueblo siento algo muy especial, yo me fui por trabajo y además necesitaba abrir las puertas de mi vida para dejar de pasar aire fresco pues lo necesitaba, ahora cada vez que se acerca el día de alguna de sus fiestas, me viene a la cabeza muchos recuerdos, la romería de San Isidro el 14 y 15 de Mayo es espectacular, y la Semana Santa la cual yo vivía con muchísima pasión, me acuerdo de muchísima gente buena y con muchísima simpatía que, siempre que visitaba otros pueblos y me preguntaban de donde era, aún hoy cuando me preguntan, digo con orgullo! Soy de la Alameda!, un pueblo de gentes nobles y de buena fe, que como se suele decir, lo mismo esta para lo malo, volcando su amabilidad sobre el vecino necesitado, que para meternos a veces en lo que no tenemos vela, je je, pero visto desde la distancia en el tiempo, como en los kilómetros que me separan de mi tierra, que se metan en mi vida muchas veces es necesario para darte cuanto que estas viviendo en sociedad y como todo tiene pros y contras, y no sentir la soledad de no recibir ni unos buenos días cuando te cruzas en el rellano del bloque donde vivo en la capital, que vivimos decenas de personas y si nos pasara algo no tener a quien recurrir.
Aún recuerdo momentos vividos en sus calles, juegos de la infancia, allá por los años 80 y principios de los noventa, con los vecinos en las puertas en las noches de verano y compartir historias contadas por mi abuelo sentados en el famoso " rebate " de la puerta (escalón de acceso a la vivienda).
A todos los vecinos de MI PUEBLO el más vivo, atento con el viajero, entrañable, amable y servicial de corazón hacia el necesitado, un abrazo de un vecino que siempre se siente lameato y que sueña mientras duerme que pasea por la calle " Los álamos " y se sienta en el real de la iglesia mirando hacia la cruz de la camorra.
Dedicado a dos vecinos del pueblo de gran corazón, a Fran Custodio y a Antonio Gallardo
Un saludo
Aún recuerdo momentos vividos en sus calles, juegos de la infancia, allá por los años 80 y principios de los noventa, con los vecinos en las puertas en las noches de verano y compartir historias contadas por mi abuelo sentados en el famoso " rebate " de la puerta (escalón de acceso a la vivienda).
A todos los vecinos de MI PUEBLO el más vivo, atento con el viajero, entrañable, amable y servicial de corazón hacia el necesitado, un abrazo de un vecino que siempre se siente lameato y que sueña mientras duerme que pasea por la calle " Los álamos " y se sienta en el real de la iglesia mirando hacia la cruz de la camorra.
Dedicado a dos vecinos del pueblo de gran corazón, a Fran Custodio y a Antonio Gallardo
Un saludo