La gran
torre de ladrillo, de 60 metros de altura, uno de los emblemas paradigmáticos de la ciudad, la construyó el Alarife local Andrés Burgueño entre los años 1701 y 1706. Su diseño y material constructivo, que fundamentalmente era ladrillo relacionan a esta torre barroca con las mudéjares aragonesas. Se corona con un ángel-
veleta llamado el Angelote de casi tres metros y medio de alto. El elemento que ha permanecido a pesar de las transformaciones es el Angelote, nombre con el que se conoce popularmente al ángel custodio que corona la torre y sirve de veleta
foto tomada por josé ramón el 18/04/2015.