Soy Manele, antiguo alumno del Colegio San José de Campillos. Entré en el Colegio el verano del año 1972 y no lo dejé hasta 1977. No me arrepiento de nada, y gracias a que mi padre decidió llevarme allí, hoy tengo unos estudios, unas carrera y una posición social que no habría alcanzado. Fracasé en los marianistas de mi ciudad, fracasé por partida doble en el instituto de mi ciudad (batí el record, suspendí todas las asignaturas en junio, todas más tres que arrastraba del curso anterior, un total de 13 suspensos). En Campillos, por uno un otro motivo, aprobé cinco años seguidos en junio, incluida la selectividad. Algún sopapo que otro recibí, que no era para tanto ni hacía tanto daño. Que yo sepa, no tengo más trauma que el solo hecho de cumplir años. Tengo buenos recuerdos de buenos profesores, de buena comida, de Don José Macias, Pepe Torres, Juan Gallardo, El comunista, el Cura Barragán, Alfonso Barrutel, Don Jacobo, el muerto, Juan el de centralita que ponía películas, el azafata, el gorila, el croqueta, el katana, el gigi. Inolvidables las croquetas con patatas y chorizo. No reprocho nada, eran tiempos más sencillos y nobles que los de ahora. Nenes de hoy, no aguantais ni un mes de aquella época, pero no por que fuera excesivamente duros, sino porque estais demasiado viciados. Ah, se me olvidaba el médico con el Chemival, la inyección que lo curaba todo, y la vespino de Frasquito, la primera moto que conduje en mi vida, sin su permiso. Entonces, nos divertiamos (sin drogas ni tanto alcohol), eramos gamberretes y si te pillaban, pues se te aplicaba un correctivo, a veces en forma de pescozón, y luego te reias. No era para tanto, nenes y progresistas de hoy, no era para tanto. Un fuerte saludo a todos los que formaron parte de aquella época.