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¡Qué bonito es mi pueblo!
En la provincia de Málaga, no lejos de su capital
hay un pueblo pequeñito, lleno de gracia y de sal,
sus calles son tan preciosas, que cuando, extranjeros van,
miles de fotos les hacen; sus casas blancas están.
Mirando a Sierra de Aguas, el monte de pinos lleno
la carretera de Alora, nos quedó como recuerdo.
Si subes hasta su cima, del Puerto de Arenalejos
la naturaliza viva, la sientes en el momento.
¡Qué hermosura contemplar tantos pueblos a lo lejos!
Subiendo a Sierra Blanquilla, que a sus pies se encuentra el pueblo,
será de una maravilla, todo lo que contemplemos.
Esa ermita derruida, habla de antiguos recuerdos
de una época vivida, y terminó en un estruendo.
Y para que decir nada, ir al Alcaparaín
desde su altura gigante, ¿Qué veremos desde allí?
Lo primero nuestro pueblo, que al mirar vemos profundo,
y si el día es despejado, estás viendo medio mundo.
Poblaciones de campiña, detrás Casarabonela,
los pueblos del litoral, y Málaga la bombonera.
Y volviéndonos al pueblo, no se me puede olvidar
su lujoso Balneario y su Hotel, del, no va más.
Totalmente reformados; obras que, en 2006 se acaban,
manteniendo sus encantos; sus cinco Estrellas lo avalan.
Por la calles de mi pueblo, al ser éstas empinadas
puedes practicar sin serlo, el deporte de montaña;
que en una montaña estamos, llevando una vida sana;
respirando los aromas, de pino, tomillo y jara.
Tiene buenos edificios, testigos de aquellos tiempos
tan famosos por sus Aguas, y sus entretenimientos
por sus veladas y fiestas, y sus Casinos de Juego…
le llamaban “Montecarlo”, aunque nos cueste creerlo.
Voy acabando este poema sin decir, de que pueblo estoy hablando,
ya con las pistas que di, podéis irlo adivinando
aunque lo voy a decir; pues ya, lo estoy terminando.
Qué Carratraca es así. ¡No dejéis de visitarlo!
Fin.
Carratraca Enero 2.009.- Joaquín J. Pérez
En la provincia de Málaga, no lejos de su capital
hay un pueblo pequeñito, lleno de gracia y de sal,
sus calles son tan preciosas, que cuando, extranjeros van,
miles de fotos les hacen; sus casas blancas están.
Mirando a Sierra de Aguas, el monte de pinos lleno
la carretera de Alora, nos quedó como recuerdo.
Si subes hasta su cima, del Puerto de Arenalejos
la naturaliza viva, la sientes en el momento.
¡Qué hermosura contemplar tantos pueblos a lo lejos!
Subiendo a Sierra Blanquilla, que a sus pies se encuentra el pueblo,
será de una maravilla, todo lo que contemplemos.
Esa ermita derruida, habla de antiguos recuerdos
de una época vivida, y terminó en un estruendo.
Y para que decir nada, ir al Alcaparaín
desde su altura gigante, ¿Qué veremos desde allí?
Lo primero nuestro pueblo, que al mirar vemos profundo,
y si el día es despejado, estás viendo medio mundo.
Poblaciones de campiña, detrás Casarabonela,
los pueblos del litoral, y Málaga la bombonera.
Y volviéndonos al pueblo, no se me puede olvidar
su lujoso Balneario y su Hotel, del, no va más.
Totalmente reformados; obras que, en 2006 se acaban,
manteniendo sus encantos; sus cinco Estrellas lo avalan.
Por la calles de mi pueblo, al ser éstas empinadas
puedes practicar sin serlo, el deporte de montaña;
que en una montaña estamos, llevando una vida sana;
respirando los aromas, de pino, tomillo y jara.
Tiene buenos edificios, testigos de aquellos tiempos
tan famosos por sus Aguas, y sus entretenimientos
por sus veladas y fiestas, y sus Casinos de Juego…
le llamaban “Montecarlo”, aunque nos cueste creerlo.
Voy acabando este poema sin decir, de que pueblo estoy hablando,
ya con las pistas que di, podéis irlo adivinando
aunque lo voy a decir; pues ya, lo estoy terminando.
Qué Carratraca es así. ¡No dejéis de visitarlo!
Fin.
Carratraca Enero 2.009.- Joaquín J. Pérez