Los primeros asentamientos situados en el término municipal de
Coín están datados en épocas Paleolíticas, Neolíticas y de los Metales.
En Coín se pueden encontrar vestigios de la época del Paleolítico, de la Edad del Bronce y del Cobre
Durante los cinco siglos que permaneció la ocupación musulmana en Coín;
En el primer cuarto del siglo décimo, Hish Dakwan (como se conocía Coín) desempeña un importante papel en las campañas de Abderraman III contra el disidente muladí Omar Ben Hafsum, que protagonizó numerosas revueltas junto con sus hijos.
La toma de Hish Dakwan por los cristianos el 27 de abril 1485, fue uno de los hechos de armas más memorables de la conquista del Reino Nazarí de
Granada. La heroica resistencia que presentaron sus defensores al
ejercito del Rey Católico, y el grado de valor que ambos contendientes mostraron en la lucha han inmortalizado para la
historia figuras como la del caudillo Hamet el Zegrí y el caballero Pedro Ruiz de Alarcón, escena reflejada en la sillería del
coro de la
catedral de
Toledo. Tomado Coín, el Rey Católico ordenó demoler los restos de la fortaleza ya que, por sus dimensiones y emplazamiento, era muy difícil y costosa su defensa. Hubo que pasar mucho tiempo para que Coín tuviera nuevamente, al decir del cronista
Palencia, “aquel aspecto de belleza que la distinguía entre todas las otras poblaciones del territorio de
Málaga”.
La principal actividad económica fue la
agricultura, lejos de las
murallas del
castillo, así como el aprovechamiento del
agua, muy abundante en la zona, a través de los
molinos, muchos de los cuales se han mantenido en la localidad hasta hoy día -aunque han introducido la electricidad-, y que han dado nombre a una de las
calles, de los Molinos. La importancia del agua y la fertilidad de los
campos del municipio constituyen dos elementos primordiales del Coín moderno, y reclamo turístico de primera magnitud. Concretamente, los lemas de la localidad son Paraíso ameno y Manantial de luz. La perenne presencia del líquido elemento también se traduce en la importancia que los vecinos de Coín confieren al Nacimiento, que es el lugar donde emana el agua que se suministra a la localidad y a los principales partidos rurales. Durante las épocas de sequía, la mayor preocupación de los ciudadanos es que la
piedra de la que nace el agua no se seque, incluso existe la leyenda de que si se moviese esta piedra, ya no saldría más agua de este manantial. Este lugar emblemático está siendo actualmente objeto de una gran reforma para su conversión en
parque de recreo. Así, se está construyendo un
lago artificial y se ha proyectado acondicionarlo como ribera de
río natural. El
comercio de los cítricos que se cultivan en la localidad es muy importante, ya que las naranjas, limones y mandarinas coínas son de excelente calidad. De estas
huertas salen además nísperos, ciruelas, manzanas y una gran variedad de
hortalizas y legumbres. Unos productos a los que se añade la popularidad del
pan elaborado en los
hornos coínos, en muchos casos amasado a mano y
cocido con leña. Este pan se vende a diario en muchas localidades de la Costa del Sol, como ocurre con la
pastelería artesanal, en la que destacan los roscos coínos, rellenos de pan de higo. La cría de
ganado adquiere también cierta importancia y, sobre todo el
porcino, que pone en funcionamiento una cadena de producción y venta de derivados del
cerdo. Una elaboración que sigue la más antigua
tradición y que se realiza tras ese rito en el que se convierte la
matanza del cerdo. Son las principales actividades a las que se dedica la población y en las que el trabajo artesanal cobra mayor importancia. En Coín se pueden
comprar piezas de
cerámica verde, típicas del lugar y que salen de los tornos de las alfarerías de toda la vida. La producción artesanal se mezcla con la industrial en búsqueda de un mayor desarrollo local. Destaca en este sentido el funcionamiento de cuatro cooperativas dedicadas a la confección y en las que se da empleo a un buen número de mujeres.
El siglo XVII supone el afianzamiento de la Edad Moderna en Coín. En 1632,
compra su jurisdicción al Rey, separándose así de la Málaga y finalizando el pago pactado en 1696.
Durante la Guerra de la Independencia Española, Coín jugó un papel importante, ya que allí se alojó el obispo de la diócesis malagueña, Vicente de LaMadrid, en el
Palacio Episcopal que se construyera allá por el siglo XVI, donde falleció en 1809. Sufrió una gran inundación en el mes de noviembre de 1831 y construyó un
cementerio extramuros en 1888.