El cruce por la pasarela actual impresiona, no solamente por la altura a la que nos encontramos y por lo impresionante del paisaje, también por el vaivén que sufre el puente con el paso de los caminantes y la ligera brisa que suele soplar (los días de vendaval se suspende toda visita al Caminito); en algunos casos, el estado de nervios, histeria y terror que provoca en alguna persona le impide cruzar en condiciones normales y hay que buscar la ayuda más conveniente a cada caso para que la marcha no se interrumpa al final de la caminata.