Llegue a un pueblecito encantador hace 23 años, huyendo de una gran ciudad. Durante años mi familia que fue creciendo con el tiempo y yo misma disfrutamos de este lugar maravilloso "el Arroyo de la Miel" como su nombre indica era todo un dulce. En estos últimos años hemos contemplado con horror en lo que se ha convertido mi arroyito, en un pegote de cemento y ladrillos sin ningun tipo de planificación urbanistica, en un grandisimo atasco diario cuando sales o cuando vuelves del trabajo, cuando sales ... (ver texto completo)