No me gusta la restauración que se está llevando a cabo en la Torre del Reloj; estamos echando a perder la historia de nuestro pueblo y negandole la oportunidad de conocerla a aquellos que vienen después de nosotros. Una cara nueva no es siempre la mejor solución para tapar un problema, la historia la conocemos por los documentos que nos quedan, por la información que de ellos sacamos, si en este caso quitamos la cara antigua de un monumento histórico, lamentablemente la historia a los ojos de los que la contemplan desaparece.