La blancura de sus casas contrasta con la profusión del verde de las plantas y con el color azul de muchas de las puertas de las moradas (no deberían permitirse otros colores); sus calles con cuestas y escaleras; los miradores sobre el valle y la costa cercana; la cerámica informativa sobre cultivos e historia de los moriscos de estas serranías; la limpieza de sus calles y la blancura sin embadurnar por los zoquetes y pintamonas contribuyen a la vida tranquila y relajada del lugar, lo que hace gozar...