¡Qué SUERTE el conocerte! Qué ALEGRIA el saber dónde te encuentras... sí, en una hermosísima plaza, en un nicho único, lo que no me importa si eres de cabello y ojos oscuros, o rubio con ojos claros. Lo cierto, es que te encuentras todos los santos días enfrente de mí y es más, tú tanto como yo, aunque sea una locura decirlo, nos hemos "hablado", nos hemos mirado, en definitiva, me ayudaste, porque la razón es verdaderamente la única que prebalece ante los acontecimientos, yo creí en tí y me apoyaste, ... (ver texto completo)