Después de dejar atrás la
Fuente MariaRodriguez, donde un poquito de
agua siempre se agrace con olor y sabor a raíces de
castaños, ya estamos el
puente de
Río Seco, y ya mismo en la Portá, donde se descubre al fondo del
camino un
pueblo blanco ¡
IGUALEJA¡
YO.