Desde luego, ahora me doy cuenta que todos los años que pasé estudiando me los hubiese ahorrado, todos los madrugones, todos la idas y vueltas a
Ronda.
Donde os encotrabais todos los maestros liendres en aquellos tiempos. Perdonad las faltas, es que yo soy de ciecias.
Fdo: un enamorado de
Igualeja.