Virginia Jiménez derriba su penúltima barrera
Virginia Jiménez. Habrá que anotar bien este nombre porque, en cierta medida, ha pasado a la historia del fútbol español. Esta chica malagueña de 16 años de edad se ha convertido en la primera mujer que juega junto a chicos en categorías regionales, gracias a la novedosa y pionera ley aprobada el pasado verano por la Federación Andaluza de Fútbol. Ella lo vive con humildad, aunque cada vez que disputa un partido, levanta una gran expectación en su ciudad natal
ADRIáN ANGUí/C.G. LUCIO
Da igual que al final se impusiera el Villanueva de Algaidas, su rival aquel día. O que nada más comenzar el partido el portero de su equipo se lesionara. Virginia Jiménez cumplió el pasado 8 de octubre un sueño, y, de paso, superó la penúltima barrera machista al debutar como jugadora en un equipo de fútbol sénior en el que, hasta ahora, sólo jugaban chicos. Así, Virginia demostró que, al menos en el fútbol, el machismo es afortunadamente una especie en vías de extinción.
Después del partido, estaba “más tranquilita tras la tormenta” y pudo descansar en su casa al final de un sábado agotador. “Corrí demasiado y por eso tengo muchas agujetas. Además, estaba nerviosa por toda la gente que había venido a verme”, reconoce la Chispa, que es el apodo que le han puesto sus compañeros por la velocidad que posee.
Sin lugar a dudas, fue un día muy especial para esta jugadora que guarda en su memoria cada gesto, cada detalle del partido. “Los compañeros me arroparon en todo momento y no pararon de darme consejos. Y en cuanto al público, me emocionó. Sales al campo, ves toda esa gente y piensas: ‘están todos aquí por mí’. Dicen que todos tenemos nuestros momentos de gloria en la vida y éste tuvo que ser uno de los míos, aunque voy a trabajar para que sea sólo el primero de mi carrera deportiva”, advierte esta interior izquierda que, entre sus mejores armas, cuenta con su capacidad de “regatear y escurrirme del contrario”.
En su primer partido, los compañeros la trataron bien, “aunque no me pasaron mucho el balón”, una circunstancia que Virginia espera corregir en próximos encuentros. La experiencia, sin duda, le servirá de gran ayuda ya que, desde su niñez, los pies de Virginia han estado pegados a un balón. Comenzó a jugar a los siete años y desde entonces no ha parado. Sin temor a equivocación, se puede decir que Virginia es una adelantada a su tiempo, ya que durante su estancia en la escuela formó junto a sus amigas un equipo de fútbol. “En cualquier parte donde hubiese un balón, allí estaba yo. Es mi pasión”, reconoce abiertamente.
¿Y en su círculo de amistades? ¿Cómo es recibido un caso tan singular como el suyo? Virginia lo tiene claro. “Mis amigas no me ven como un bicho raro. Yo soy muy femenina y eso no debe chocar con que juegue al fútbol, un deporte mayoritariamente de hombres, pero que no entiende de sexos”.
“Ahora entiendo a estrellas como David Beckham”
El pasado ocho de octubre, el día del debut de Virginia, la expectación que había en la localidad malagueña de Igualeja para ver un partido de Segunda Regional escapó a todas las previsiones. Decenas de periodistas y fotógrafos se agolpaban para sacar las últimas sensaciones de la primera chica que jugaba con chicos en una categoría regida por la Federación Andaluza de Fútbol.
Desde entonces, el teléfono de Virginia no ha dejado de sonar. Y esa es, sin duda, la parte que menos le gusta. “Es lo peor; ahora entiendo a las estrellas como Beckham y demás jugadores de Primera cuando están agobiados por la prensa. Las entrevistas es lo que más miedo me da, es lo que peor he llevado durante este tiempo”, admite. Eso sí, entiende que su caso llama la atención. “Creo que soy la primera chica de Europa que lo consigue, así que entiendo que se le dé mucha importancia”, comenta esta seguidora del Madrid y del Málaga que tiene en Iker Casillas a su principal referente deportivo.
Su principal objetivo es llegar a ser profesional en el fútbol, por lo que piensa dedicarse a fondo entrenándose muy duro. “Este año hay rivales muy duros y va a ser muy difícil, pero lo voy a intentar. Mi meta es llegar a ser profesional y voy a entrenarme mucho”, comenta Virginia. Sin embargo, esta malagueña tampoco quiere descuidar sus estudios, por lo que el año que viene piensa matricularse en un módulo de Administración.
Más cosas
SACRIFICIO. El tesón de esta chica por alcanzar su sueño es digno de admirar. Todos los días Virginia entrena al fútbol y ayuda a su padre recogiendo en el campo castañas. Todo un ejemplo a seguir.
SUEñO. Virginia lo tiene claro. “Ojalá llegara a ser internacional con la selección femenina y ganase tanto dinero como para retirar a mis padres y que no tuviesen que trabajar más”.
MODESTA. Virginia reconoce que no le salió un partido excelente el día de su debut, quizás por toda la presión que tuvo que soportar. “De nota me pondría un seis. Me hubiese gustado atacar más”, admite.
AFICIONES. Además del fútbol, a Virginia le gusta salir con sus amigas y chatear desde un ciber café que hay muy cerca de su casa. En cuanto a sus gustos musicales, sin duda esta malagueña se decanta por “el pop, el reggaeton y el flamenco”.
Una joven pionera en el mundo del fútbol
El pasado verano, la Federación Andaluza de Fútbol aprobó una ley en la que permitía jugar juntos a chicas y chicos en todas las categorías regionales, una iniciativa pionera en España. Hasta ese momento, únicamente la Federación Madrileña permitía la existencia de equipos formados por chicos y chicas y sólamente hasta la categoría de Primera Infantil. Sin embargo, a partir de ahora, en todas las categorías regidas por la Federación Andaluza habrá fútbol mixto.
Virginia Jiménez ha sido la primera chica en integrarse en un equipo de varones, pero probablemente muy pronto otras chicas se incorporarán a la competición. Y tal vez la familia Jiménez vuelva a ser noticia. “Mi hermana Rocío juega muy bien y la estoy animando para que se apunte”, comenta Virginia quien tampoco descarta, en un futuro, formar parte de un equipo femenino. “Siempre he jugado con chicos y me gustaría probar”, comenta esta jugadora que ha crecido en una familia de aficionados al deporte rey.
Virginia Jiménez. Habrá que anotar bien este nombre porque, en cierta medida, ha pasado a la historia del fútbol español. Esta chica malagueña de 16 años de edad se ha convertido en la primera mujer que juega junto a chicos en categorías regionales, gracias a la novedosa y pionera ley aprobada el pasado verano por la Federación Andaluza de Fútbol. Ella lo vive con humildad, aunque cada vez que disputa un partido, levanta una gran expectación en su ciudad natal
ADRIáN ANGUí/C.G. LUCIO
Da igual que al final se impusiera el Villanueva de Algaidas, su rival aquel día. O que nada más comenzar el partido el portero de su equipo se lesionara. Virginia Jiménez cumplió el pasado 8 de octubre un sueño, y, de paso, superó la penúltima barrera machista al debutar como jugadora en un equipo de fútbol sénior en el que, hasta ahora, sólo jugaban chicos. Así, Virginia demostró que, al menos en el fútbol, el machismo es afortunadamente una especie en vías de extinción.
Después del partido, estaba “más tranquilita tras la tormenta” y pudo descansar en su casa al final de un sábado agotador. “Corrí demasiado y por eso tengo muchas agujetas. Además, estaba nerviosa por toda la gente que había venido a verme”, reconoce la Chispa, que es el apodo que le han puesto sus compañeros por la velocidad que posee.
Sin lugar a dudas, fue un día muy especial para esta jugadora que guarda en su memoria cada gesto, cada detalle del partido. “Los compañeros me arroparon en todo momento y no pararon de darme consejos. Y en cuanto al público, me emocionó. Sales al campo, ves toda esa gente y piensas: ‘están todos aquí por mí’. Dicen que todos tenemos nuestros momentos de gloria en la vida y éste tuvo que ser uno de los míos, aunque voy a trabajar para que sea sólo el primero de mi carrera deportiva”, advierte esta interior izquierda que, entre sus mejores armas, cuenta con su capacidad de “regatear y escurrirme del contrario”.
En su primer partido, los compañeros la trataron bien, “aunque no me pasaron mucho el balón”, una circunstancia que Virginia espera corregir en próximos encuentros. La experiencia, sin duda, le servirá de gran ayuda ya que, desde su niñez, los pies de Virginia han estado pegados a un balón. Comenzó a jugar a los siete años y desde entonces no ha parado. Sin temor a equivocación, se puede decir que Virginia es una adelantada a su tiempo, ya que durante su estancia en la escuela formó junto a sus amigas un equipo de fútbol. “En cualquier parte donde hubiese un balón, allí estaba yo. Es mi pasión”, reconoce abiertamente.
¿Y en su círculo de amistades? ¿Cómo es recibido un caso tan singular como el suyo? Virginia lo tiene claro. “Mis amigas no me ven como un bicho raro. Yo soy muy femenina y eso no debe chocar con que juegue al fútbol, un deporte mayoritariamente de hombres, pero que no entiende de sexos”.
“Ahora entiendo a estrellas como David Beckham”
El pasado ocho de octubre, el día del debut de Virginia, la expectación que había en la localidad malagueña de Igualeja para ver un partido de Segunda Regional escapó a todas las previsiones. Decenas de periodistas y fotógrafos se agolpaban para sacar las últimas sensaciones de la primera chica que jugaba con chicos en una categoría regida por la Federación Andaluza de Fútbol.
Desde entonces, el teléfono de Virginia no ha dejado de sonar. Y esa es, sin duda, la parte que menos le gusta. “Es lo peor; ahora entiendo a las estrellas como Beckham y demás jugadores de Primera cuando están agobiados por la prensa. Las entrevistas es lo que más miedo me da, es lo que peor he llevado durante este tiempo”, admite. Eso sí, entiende que su caso llama la atención. “Creo que soy la primera chica de Europa que lo consigue, así que entiendo que se le dé mucha importancia”, comenta esta seguidora del Madrid y del Málaga que tiene en Iker Casillas a su principal referente deportivo.
Su principal objetivo es llegar a ser profesional en el fútbol, por lo que piensa dedicarse a fondo entrenándose muy duro. “Este año hay rivales muy duros y va a ser muy difícil, pero lo voy a intentar. Mi meta es llegar a ser profesional y voy a entrenarme mucho”, comenta Virginia. Sin embargo, esta malagueña tampoco quiere descuidar sus estudios, por lo que el año que viene piensa matricularse en un módulo de Administración.
Más cosas
SACRIFICIO. El tesón de esta chica por alcanzar su sueño es digno de admirar. Todos los días Virginia entrena al fútbol y ayuda a su padre recogiendo en el campo castañas. Todo un ejemplo a seguir.
SUEñO. Virginia lo tiene claro. “Ojalá llegara a ser internacional con la selección femenina y ganase tanto dinero como para retirar a mis padres y que no tuviesen que trabajar más”.
MODESTA. Virginia reconoce que no le salió un partido excelente el día de su debut, quizás por toda la presión que tuvo que soportar. “De nota me pondría un seis. Me hubiese gustado atacar más”, admite.
AFICIONES. Además del fútbol, a Virginia le gusta salir con sus amigas y chatear desde un ciber café que hay muy cerca de su casa. En cuanto a sus gustos musicales, sin duda esta malagueña se decanta por “el pop, el reggaeton y el flamenco”.
Una joven pionera en el mundo del fútbol
El pasado verano, la Federación Andaluza de Fútbol aprobó una ley en la que permitía jugar juntos a chicas y chicos en todas las categorías regionales, una iniciativa pionera en España. Hasta ese momento, únicamente la Federación Madrileña permitía la existencia de equipos formados por chicos y chicas y sólamente hasta la categoría de Primera Infantil. Sin embargo, a partir de ahora, en todas las categorías regidas por la Federación Andaluza habrá fútbol mixto.
Virginia Jiménez ha sido la primera chica en integrarse en un equipo de varones, pero probablemente muy pronto otras chicas se incorporarán a la competición. Y tal vez la familia Jiménez vuelva a ser noticia. “Mi hermana Rocío juega muy bien y la estoy animando para que se apunte”, comenta Virginia quien tampoco descarta, en un futuro, formar parte de un equipo femenino. “Siempre he jugado con chicos y me gustaría probar”, comenta esta jugadora que ha crecido en una familia de aficionados al deporte rey.